RECUERDOS IMBORRABLES Durante las décadas del 40, 50 y 60, eran un éxito los eventos que combinaban música, arte y encuentros sociales con una convocatoria de más de 20 mil vecinos.
El año se empieza a escapar sin que nos demos cuenta, y la primavera ya se adueña de los días, trayendo consigo esa sensación de renovación que muchos esperan con ansias. Entre el ir y venir de las obligaciones, los momentos de alegría y los pequeños tropiezos cotidianos, surgen las miradas retrospectivas, esos balances personales que nos invitan a repensar lo vivido.
En Lomas de Zamora, varias generaciones aún recuerdan con cariño las grandes celebraciones de la Semana de la Primavera, eventos que combinaban música, arte y encuentros sociales y que dejaron una huella imborrable en la memoria colectiva.
Al centro de estas fiestas se encontraba el Círculo de Amigos de Lomas de Zamora, institución responsable de organizar cada detalle de los festejos. Su período de mayor esplendor se desarrolló entre las décadas del 40, 50 y buena parte del 60, cuando la ciudad comenzaba a desplegar una vida nocturna vibrante. Los recitales de Alberto Castillo, montados en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Laprida, convocaban a más de 20 mil vecinos.
Al centro de estas fiestas se encontraba el Círculo de Amigos de Lomas de Zamora, institución responsable de organizar cada detalle de los festejos.
No solo la música marcaba la agenda de la ciudad: los capocómicos del momento, como Fidel Pintos, Jorge Luz y Ubaldo Martínez, arrastraban multitudes con su humor, completando noches de brillo y diversión que culminaban con desfiles de carrozas y la elección de la Reina de la Primavera. Allí, las jóvenes postulantes exhibían sus elegantes peinados batidos, orgullo de la moda de la época.
El Círculo también organizaba carreras de regularidad, excursiones a Mar del Plata y festivales en el Teatro Coliseo, en la calle España. Jóvenes talentos como Luis Aguilé, Elsa Rivas y Jorge Vidal compartían escenario con orquestas que nada tenían que envidiar a las milongas porteñas más aplaudidas.
A esto se sumaban los encuentros sociales en la sede del Círculo, ubicada en Boedo 789, que en ocasiones se transformaba en una típica cantina boquense para disfrutar de fideos con mariscos. Fue allí donde se celebró la primera cena del Día Internacional del Amigo, instituido por el doctor Enrique Febbraro el 20 de julio de 1969, en homenaje a la llegada del hombre a la Luna, sin imaginar que años después esa idea se replicaría en millones de personas alrededor de 108 países.
Con el paso del tiempo, los cambios de hábitos y las crisis económicas afectaron la continuidad de las festividades, pero el Círculo de Amigos nunca abandonó la amistad como principio fundamental. Su contribución también ayudó a que Lomas se consolidara como un núcleo cultural y comercial de referencia en el sur del Conurbano. ¡Hasta la semana que viene, amigos!