Amor por su ídolo Las fanáticas fueron protagonistas del festejo por los 80 años de El Gitano en Banfield y contaron varias anécdotas.
Las emblemáticas Nenas de Sandro fueron protagonistas del festejo que organizó el Municipio en la Plaza Roberto Sánchez de Banfield por los 80 años del nacimiento del Gitano.
"Soy fanática de Sandro desde que empezó con Los del Fuego y me gustó aún más en su etapa romántica cuando empezó a cantar más lento. A cada show iba tres veces y también estuve en su última presentación en el Gran Rex, donde hubo un parate de 20 minutos por sus problemas de salud", recordó Stella Maris Trébol, que es vecina de Banfield de toda la vida y durante el festejo en la plaza cantó, bailó y mostró todas las fotos que se sacó con su ídolo.
Sandro recibía a las fanáticas en su casa y hasta se tomaba el tiempo de llamarlas por teléfono para charlar. "Muchas veces me llamó para hablar y preguntarme cómo estaba. Durante dos años le mandé una rosa blanca y un día le pregunté si eso le molestaba, y Roberto me dijo que la ponía en la foto de su mamá porque a ella le gustaban las rosas blancas", dijo Stella emocionada.
Y luego agregó: "Hacíamos largas filas para verlo y una vez nos recibió en alpargatas, de entrecasa. En uno de sus últimos cumpleaños contratamos unos mariachis, le compramos un ramo de rosas que Olga (Garaventa) le dio a las 12 y al otro día nos mandó café y facturas para agradecernos".
Stella tuvo la alegría de compartir un montón de cosas con el músico y hasta lo acompañó en el momento más complicado de la internación en el Hospital Italiano de Mendoza, donde luego falleció. "Con una señora parábamos en un hotel de Mendoza que estaba cerca del hospital e íbamos a la mañana a esperar el primer parte médico. Después comíamos con Olga, nos íbamos a descansar y volvíamos a la tarde-noche para el último parte", relató, y destacó que "el mayor legado que me dejó Sandro fue su amistad".
Mabel Armentía, otra de Las Nenas históricas de Sandro, vino desde Lugano para participar del festejo en Banfield. "La primera vez que lo vi fue un recital en la vieja cancha de San Lorenzo cuando tenía 11 años y después un montón de veces más incluso en ciudades como Chivilcoy, Zárate, Junín, Rosario y Mar del Plata. Gracias a Dios lo conocí personalmente el 20 de abril de 1978 en la puerta de Canal 13, quedé tan emocionada que estuve un año sin hablarle y después de ese tiempo lo vi de nuevo, me miró y me dijo 'ah pero hablabas Mabelita yo pensaba que eras mudita", contó entre risas.
Además de dejarla entrar a su casa, El Gitano le dio una gran ayuda a Mabel con un delicado problema de salud. "Por el asma estuve internada cinco veces en un año y dos veces en terapia. El médico me recetó un aparato que se conseguía en Estados Unidos y Roberto lo consiguió cuando viajó allá y no me lo quiso cobrar, así que le estoy agradecida de por vida", destacó.
Al igual que todas sus fans, Mabel destaca la bondad y humildad de Roberto. "Era muy generoso, por eso lo amamos tanto y sentimos que nunca se fue. Él se podría haber ido a vivir a otro país o mudado a un lugar como Nordelta, y sin embargo se quedó acá en Banfield y eso es algo que la gente valora mucho", remarcó.