Compromiso Ariel es papá de dos hijos, pero ya pasaron por su casa cinco niños que llegaron para ser cuidados por él y su familia por decisión judicial: "Se crea un lazo de amor eterno".
Ariel Herrera Suárez (51) es "papá de abrigo". Él nació en Lomas y en el Día del Padre contó a La Unión sobre este compromiso que tomó junto a su familia hace más de siete años y que lo recomienda a los hombres que estén dispuestos a transitar esa experiencia única e irrepetible. Él recibe en su familia a niños que llegan a través de una decisión judicial, con historias distintas, y sostiene que "se crea un lazó de amor eterno".
La experiencia de Ariel nace con la Fundación Ainelen de Temperley, donde se encargan de buscar familias de acogimiento para esos niños que deben ser separados de sus padres biológicos por alguna situación de vulnerabilidad. "Hace tres años que estamos como familia de abrigo en la fundación porque antes nos involucrábamos, pero colaborando desde afuera", comenzó contando el papá de dos hijos en su día.
Para convertirse en familia de abrigo se requiere tener hijos biológicos ya que no se trata de una adopción, simplemente de contener, criar y sobre todo brindar amor a esos niños por un tiempo determinado hasta que vuelvan con sus padres biológicos o con los adoptantes.
"Para mí es una responsabilidad de mucho amor y comprensión, es una decisión que llevamos a cabo entre todos (el núcleo familiar) para poder brindarle al bebe/niña/o, que llega a nuestro hogar la oportunidad de crecer en un entorno responsable, con mucho amor por sobre toda las cosas, para que pueda afrontar de manera segura su futuro", resumió.
Desde que pertenece a la fundación, Ariel tuvo la experiencia de convertirse en papá de abrigo de 5 peques. "Hoy recibí el mensaje por este Día del Padre de dos de mis abrigaditos, con video y saludos al lado de sus ahora papás y la felicidad colmó mi alma de ver que estaban siendo muy felices. Son niños seguros y amados", contó con mucha emoción y con la satisfacción que una parte de este desafío que tuvo en la vida de esos chicos fue bien hecho.
Para mí es una responsabilidad de mucho amor y comprensión, es una decisión que llevamos a cabo entre todos (el núcleo familiar) para poder brindarle al bebe/niña/o, que llega a nuestro hogar la oportunidad de crecer en un entorno responsable, con mucho amor por sobre toda las cosas, para que pueda afrontar de manera segura su futuro
Sobre la diferencia que encuentra en criar hijos biológicos con los que abrigó, detalló: "La diferencia es mucha, con un abrigadito uno tiene una responsabilidad y un cuidado extremo que no lo tenés con tus hijos porque todo con un abrigadito se multiplica. Los temores, los cuidados, la protección, todo es al extremo".
Sobre esa responsabilidad y la manera que encaran la experiencia que siempre cuenta con un tiempo de crianza, contó: "Nosotros, con mi familia particularmente, los criamos y les enseñamos desde que están en casa que se van a ir y van a tener su casa con una nueva familia como sea que esté compuesta, siempre crecen sabiendo que no somos sus papas, pero sí somos el abrazo seguro en ese tiempo que los acompañamos".
Sin embargo, Ariel expresó que cuando se van, "son sensaciones raras, al igual que cuando un hijo se va (tengo uno viviendo en Europa) porque nos encariñamos, los amamos. Duele, pero a la vez te genera una sensación de alegría y de tarea cumplida que no cabe tanto amor en tu corazón", se sinceró.
Recomienda la experiencia a otros papás. "Al 100% lo aconsejo porque siempre un abrigo es momentáneo y no viene a reemplazar a ninguna persona, se debe hacer desde el corazón, corriendo de lado el pensar en uno como individuo, siendo prioridad ese niño que hoy nos necesita".
Ariel, como tantos otros hombres que no sólo son padres biológicos, también de corazón, festejan su día rodeados de amor por parte de todos esos pequeños que supo guiar y seguirá guiando en cada paso. "Hay una imagen que nos representa a todas las familias que abrigamos que tiene que ver con agarrarse de las manos, como lo hacen los abrigaditos, pero cada vez que la observo pienso que en realidad para nosotros es eso: tomarse de su manito e ir para adelante porque de eso se trata ya que muchas veces son ellos los que nos enseñan como ir, y eso hacemos", concluyó.