ANIVERSARIO Un 11 de mayo de 2001, Temperley ponía fin a 12 años de lucha y lograba salir de la situación más difícil de su historia. El recuerdo y testimonios.
Se cumple un nuevo aniversario de una de las páginas más importantes de la historia de Temperley. De la desaparición al resurgimiento. Del ocaso a la euforia. Un 11 de mayo de 2001, el pueblo gasolero lograba salir del infierno más grande y hoy se cumplen 24 años del levantamiento de la quiebra. El día que Temperley volvió a nacer.
Hay que remontarse hacia el año 1989 para entender todo lo sucedido. Ese año el juez José María Durañona, quien tenía a cargo la convocatoria de acreedores en la que se encontraba el club, decretó la quiebra. Allí comenzaría un periplo que seguiría un par de años después con el cese de actividades, la desafiliación de la AFA, el cierre de la institución y los pedidos de remate.
"El primer recuerdo es el último partido donde perdemos el clásico con Los Andes y la voz del estadio informa de la reunión en el gimnasio de básquet donde informaron sobre la situación del club que íbamos a la quiebra. No había más de 50 personas. Entre 1989 y 1991 ver el cartel de remate fue terrible", aseguró Marcelo Alcobre, actual integrante de la Comisión Directiva de Temperley, en diálogo con Diario La Unión.
Fue tremendo el amor de los hinchas y simpatizantes que se comprometieron con la causa para evitar el cierre definitivo del club. Colectas, bailes, torneos de fútbol, amistosos, marchas a Tribunales y hasta hinchas que pusieron sus casas como garantía para que el club pueda seguir en pie.
Edith Pecorelli junto a su familia fue una de las personas que pusieron su casa como garantía para salvar a Temperley de la desaparición. Si bien el club estuvo cerrado durante 6 meses, el esfuerzo de todos los hinchas celestes fue clave para volver a vivir.
"No sólo yo puse la casa en garantía sino que también cuatro personas más. Yo estaba segura que la gente no nos iba a abandonar. Tuvimos el club cerrado desde julio hasta noviembre del 91, sin fútbol, estuvimos seis meses luchando para detener el remate, fueron cruciales esos momentos. Teníamos sobre nosotros la espada de Damocles que nos remataban o no. Incluso ya habían puesto publicidad con nuestros bienes que iban a ser objeto de remate. Estábamos obsesionados con lo que correspondía que era el levantamiento de la quiebra. En julio del 93 volvimos a jugar y yo no miraba el partido, solo miraba a la gente y cada sonrisa era un pago que recibía por el esfuerzo. Es un tema agridulce, pasamos muchas buenas y muchas malas. Tuvimos muchas satisfacciones como líderes de este grupo de trabajo", describió Pecorelli, quien luego fue presidenta de Temperley en 1995.
Los años de lucha incansable permitieron primero reabrir las instalaciones, en noviembre de 1991, y en julio de 1993 volver a disputar un partido oficial del primer equipo, en el torneo de la Primera C. El final feliz se formalizaría el 11 de mayo de 2001, en los tribunales de Lomas de Zamora, para celebrar uno de los momentos más importantes de la vida de Temperley con el levantamiento definitivo de la quiebra.
"El día que volvimos a jugar contra Tristán Suarez en cancha de Temperley no importaba el resultado. Sólo importaba volver a encontrarnos. Esa posibilidad de volver a ver a Temperley, llenar todas las canchas. Días de semana ir a Campana, a cancha de Lugano, Juventud Unida, copar en todos lados y darnos cuenta que estábamos todos locos por ver a Temperley. En el 93 la final contra Tristán Suarez en cancha de Lanús fue increíble. Ahora está de moda ir a la cancha, pero en esa época había que llenarlas y Temperley lo hacía. Todos teníamos el temor de que en algún momento era algo que estaba perdido. Se dio una hermandad entre los hinchas de Temperley que todavía persiste", resumió Gabriel Scandizzo, socio vitalicio del Gasolero, quien rememoró todo lo vivido.
Temperley pasó de estar al borde de la muerte, a seguir viviendo. Hasta Francisco Ríos Seoane, presidente de Deportivo Español en ese entonces, tenía la loca idea de privatizarlo y ponerle de nombre "Bieckert Temperley". La lucha de sus socios, hinchas y simpatizantes fue incansable. Temperley se sentía perjudicado porque era el único club del fútbol argentino al cual se le había decretado la quiebra. Y para los hinchas lo más sagrado es su club. La cargada de los rivales y la tristeza insostenible. Desde 1989 hasta 2001, el Gasolero vivió su etapa de reconstrucción. Una batalla que tuvo que atravesar Temperley para volver a ser.