historias Durante los primeros años de siglo XX, una familia emprendedora tenía el propósito de llevar su producto a todas las mesas familiares.
"Bébala en su primera comida. La acción del agua 'Villa Albertina' es tan inmediata que una sola copa bastará para demostrarle que es la única que conviene en su estómago". La publicidad en la revista Caras y Caretas no dejaba lugar a dudas. Era el año 1917 y la localidad lomense le daba nombre al producto que muchos argentinos optaban por incorporar a sus mesas. Se trató de una de las primeras marcas de agua envasada.
Villa Albertina, que recientemente cumplió 115 años de historia, estuvo ligada a la producción de agua envasada. Según algunos artículos antiguos, el agua mineral era una marca reconocida a inicios del siglo XX, y su botellita verde era fácilmente identificable. "Por las maravillosas propiedades digestivas que posee", se destacaba sugerentemente en otra publicidad del momento.
"A cada botella de Villa Albertina va adherida una copia del análisis practicado por el Departamento Nacional de Higiene", expresaba la empresa.
Según información suministrada por el Instituto Histórico Municipal de Lomas de Zamora (IHMLZ), en un galpón de Villa Albertina, la familia Bernasconi llevaba adelante esta empresa que se sostuvo en el mercado de entonces durante un buen tiempo, hasta ser absorbida por otra empresa. Sin embargo, dejó marcada su huella en los vecinos del barrio que conformaron "El Club Agua Mineral de Villa Albertina", ubicado en la calle Capitán Sarmiento 2710, fundado en el año 1999.
"A cada botella de Villa Albertina va adherida una copia del análisis practicado por el Departamento Nacional de Higiene. Este análisis es la mejor demostración teórica de la superioridad del agua; compruébela prácticamente bebiendo un vaso durante su primera comida. Es el mejor argumento que podemos ofrecerle", añadía otra publicidad que los parámetros de hoy podría resultar algo peculiar.
La reiterada mención a las propiedades digestivas del producto invitan a preguntarse sobre los componentes. Sin embargo, no hay registros al respecto. ¿Sería una mera maniobra de marketing o realmente era digestiva?
"Lamentablemente, la salinidad de sus aguas no permitirá concretar el proyecto", informaron desde el IHMLZ y mencionaron la investigación de Juan Arjol Barón publicada en el año 1935, titulada "Contribución al estudio de las aguas minerales y termales de la República Argentina".
"Allí el autor señala que Francisco Siritto al realizar las obras de infraestructuras para el loteo de la zona, especialmente el agua, se había encontrado con agua surgente al alcanzar la profundidad de 88 metros, la cual al ser analizada para su potabilidad daría como resultado que se trataba de aguas sulfatadas sódicas, que al ser extraída comenzaba a producir 9.000 litros por hora", explicaron.
Lo cierto es que había una gran potencialidad en la zona, pero la alta salinidad del agua y la falta de inversión suficiente para encausar o comercializar el producto, fueron menguando la iniciativa con los años.
UN BARRIO HÍDRICO
En rigor, el agua es un elemento muy ligado a Villa Albertina, ya que la localidad cuenta con una fuente de agua salada en el Parque del Municipio y otra en el campo de Deportes del Club Atlético Los Andes. Se trata de espacios verdes de varias hectáreas destinadas al aprovechamiento recreativo y deportivo de los vecinos de los distintos barrios de Lomas de Zamora.
Se trata de un predio fundamental para los vecinos durante las altas temperaturas del verano, cuando funciona una colonia de vacaciones a la cual asisten los chicos del distrito. Además, a un par de decenas de cuadras de allí está el predio "La Salada", conocida por ser una de las ferias más grandes de Latinoamérica.