La comunidad alemana llegó a Temperley y la cambió para siempre

historia local Se nuclearon alrededor del templo la Sagrada Familia, el club y el colegio alemán. Muchos hombres llegaron luego del hundimiento del acorazado alemán Graf von Spee.

¡Hola, amigos! Nos volvemos a encontrar en las páginas de La Unión para compartir otra historia sobre nuestra querida ciudad. Hoy los invito a Villa La Perla, un barrio que ocupa 21 manzanas en Temperley y donde se encuentra la comunidad católica de San Bonifacio.

En el pasado, unas 200 familias de inmigrantes le dieron la impronta de una pequeña Alemania. La mayoría eran "suabos" provenientes de la región del Danubio, de países como Hungría, Rumania y la ex Yugoslavia. Sus antepasados, debido a problemas demográficos, habían emigrado masivamente de esas zonas desérticas del Danubio. 

Formaron comunidades en las que el único idioma era el alemán, lo que les dio una gran cohesión en el tiempo y por el lugar donde se radicaron, son llamados "banater schwaben". Con los años algunos regresaron a Alemania, otros se dirigieron a otras partes del mundo y el resto decidió permanecer en su territorio. En Lomas se nuclearon alrededor del templo la Sagrada Familia, el club y el colegio alemán. 

La primera inmigración fue después de la Primera Guerra Mundial, la segunda alrededor de 1935 y el último grupo lo hizo entre los años 1949 y 1950. Inicialmente vivían en Piñeiro, Avellaneda, pero el colegio que allí tenían fue confiscado en 1945 al entrar nuestro país en guerra con el Eje. Más de la mitad de esa inmigración se radicó en Temperley en 1950 y el resto en la Ciudad de Buenos Aires, Avellaneda, Burzaco y Glew.  

La iglesia de la Sagrada Familia fue levantada en Albarracín 49 y fue posible gracias a las gestiones hechas por monseñor Alejandro Schell cuando era párroco de Lomas de Zamora, ante un ente episcopal creado por los alemanes del exterior que funcionaba en Bonn.

 Los alemanes también fundaron, en 1946, la Sociedad Deportiva y Cultural Juventud del Sur, en Triunvirato 810, donde se jugaba a los bolos y al tenis criollo.  

El hundimiento del acorazado alemán Graf von Spee, en la batalla del Río de la Plata, motivó el asilo de muchos marineros en el país. Esto tuvo repercusión en Temperley porque luego de que gran parte de la tripulación estuvo internada en Sierra de la Ventana, al ser dejada en libertad, algunos hombres se afincaron en Lomas. Frente a la quinta de Gatti, en la calle Esmeralda, vivía la familia Olmos.

Cerca de ahí, en la quinta de Moliné, fue comprada por una familia alemana que alquilaba caballos. Entre sus clientes estaba el vecino Juan Buchanan, quien construyó una pileta y a la cual solían ir los marineros del Graf von Spee.  

En fin, amigos de La Unión, pequeñas anécdotas de nuestro pasado en Lomas, donde los inmigrantes europeos fueron grandes protagonistas. ¡Hasta la semana que viene! 

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