Se formó en un centro barrial y está por recibirse de profe de historia

educación popular Viviana Ingrisani dejó el secundario para cuidar a sus hijos, pero cuando crecieron y se quedó sin trabajo decidió terminar sus estudios. Hoy está a dos finales de recibirse.

En el día que recibió su título secundario.

Su paso por Manos Que Ayudan a Lomas Centenario fue fundamental para seguir estudiando.

Viviana a punto de recibirse y con un cambio radical también en su cuerpo. Se hizo una cirugía bariátrica.

Nunca es tarde para dar un giro profundo en la vida. Así lo demuestra Viviana Ingrisani, quien con 53 años se está por recibir de profesora de historia con gran esfuerzo, tras formarse en un centro barrial.

Cuando era chica dejó el secundario para formar una familia, cuidar a sus hijos, pero cuando crecieron y se quedó sin trabajo decidió terminar sus estudios en el centro barrial Manos que Ayudan a Lomas Centenario. "Claudia Torres es la responsable del espacio y con ella fuimos compañeras de colegio cuando éramos chicas así que no dudé en anotarme ahí al Plan Fines, pero me inscribía y no arrancaba hasta que la tercera vez fue la vencida y ahí pude comenzar a estudiar", detalló la futura profe que vive en Centenario.

Viviana obtuvo su título secundario en 2019, luego llegó la pandemia, pero igualmente se anotó en la carrera de filosofía, que no pudo continuar por varios factores sobre todo por la virtualidad de aquel entonces que la limitó bastante. "Cuando renuncié a la carrera de filosofía sentía que era un fracaso, lloré un montón, pero como siempre me gustaron un montón de carreras que tengan que ver con lo viejo y lo antiguo que es lo que más me atrae, cuando me anoté en historia y empecé a cursar entendí que era lo que estaba buscando", recordó sobre ese comienzo que hoy está llegando a finalizar.

Allí, cursando la carrera de historia comenzó a redescubrirse, a entender que siempre le había gustado escribir, que le interesaba mucho saber de todo, pero el miedo que tenía era que esa información no la pueda adquirir tan fácilmente como sus compañeros más jóvenes.

"Luego entendí que tengo 53 años, pero no hay edad para estudiar, no importa la edad que tengas solamente hay que seguir tu sueño", aseguró Viviana, que no sólo cambió su vida gracias al estudio también realizó un proceso físico importante porque llegó a pesar 150 kilos y ahora pesa 60. "Me hice la cirugía bariátrica que fue otro de los logros y fue un momento donde tuve mucho apoyo de Claudia para poderlo hacer y de toda mi familia obviamente".

LA IMPORTANCIA DE LOS CENTROS BARRIALES

Viviana resaltó que su paso por Manos Que Ayudan fue ese primer empujón que necesitaba para llegar a su presente. "El grupo, los profes, todo fue muy hermoso. Mi paso por ahí fue muy importante porque encontré personas excelentes, la calidez humana, la sencillez tanto en manos como en el instituto 103 es inexplicable", dijo.

Los profes ayudaron a que Viviana encuentre ese camino que estaba buscando sin ni siquiera proponérselo. "Ellos fueron un poco bastante los desencadenantes de esta locura que se llama historia que me ha atrapado tanto, que es hermosa, es mágica porque hay momentos donde estás leyendo que te transportas y decís qué loco todo esto que pasó porque desde la prehistoria el hombre realmente fue involucionando, no evolucionando", comentó Viviana.

Y añadió: "Lo que una persona no debería perder para poder mirar a otro de la misma manera que yo me miro al espejo es la subjetividad, porque nadie es distinto a mí, me refiero a nivel cognitivo. Todos podemos cumplir nuestros sueños, solamente hay que ponerse una meta".

Justamente su meta está a sólo dos finales: uno de ellos lo rinde este jueves y el otro el 11 de diciembre. Si aprueba se recibirá de profe de historia. "Fueron cuatro años excelentes, cuatro años como los tres años que pasé en Manos que fueron inolvidables. Por eso considero que esto es mérito de Claudia que me incentivó a ir a Manos porque ahí aprendí a ser más comprometida con lo que uno se propone", confirmó la profe que trabajó desde los 13 hasta sus 43 sin parar hasta que comenzó a ocuparse de ella, de salir adelante y de obtener estos títulos que son un gran logro.

"Lo mejor que hay para despejar la cabeza es estudiar. La herramienta más poderosa de los que menos tenemos es el estudio porque cuanto más sabemos, menos nos engañan eso es lo que hay que fomentar a cada paso que damos en la educación pública y por eso ya estoy pensando en estudiar otras cosas", concluyó la profe de historia.

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