Mundos personales La exquisita preparación nació en los '20, para sellar la amistad entre el "Zorzal Criollo" y el jockey uruguayo.
La gran pasión de Carlos Gardel era la música y el tango en particular. Además, fue un gran amante de los postres y del mundo del turf.
Por este motivo, el "Zorzal Criollo" fue un gran amigo del mítico jockey uruguayo Irineo Leguisamo y esto hizo que le pida al dueño de la confitería El Molino un plato para celebrar este vínculo fraterno.
Cayetano Brenna, el dueño de la confitería El Molino, era gran amigo del cantor y también era un gran amante de los caballos.
Corría 1927 cuando Gardel festejó el triunfo de su caballo Lunático, que fue montado por Leguisamo en una carrera de vital importancia en aquellos días.
Fue entonces cuando Caritos le pidió a Brenna que creara un postre en honor a su amigo y al triunfo logrado. Así nació el postre Leguisamo, una preparación que se convirtió en un clásico porteño.
La receta original del postre Leguisamo llevaba, entre otros ingredientes, bizcochuelo, capas de hojaldre, marrón glacé, merengue y una crema imperial.
Como suele ocurrir, la receta fue modificada con el correr del tiempo y sumó crema de manteca, dulce de leche y almendras a la preparación original.
Leguisamo es considerado uno de los mejores jockeys de todos los tiempos: corrió 12.700 carreras y obtuvo cuatro mil triunfos.
Nació el 20 de octubre de 1903 en Arerunguá, un paraje del departamento de Salto. Distante a 360 kilómetros de Montevideo.
Tenía 13 años Irineo Leguisamo cuando ganó su primera carrera, como aprendiz, en el hipódromo de Salto, montando a la yegua Mentirosa. También compitió en Uruguayana, en el hipódromo uruguayo de Maroñas y en otros con distinta suerte. Luego se instaló en Argentina donde falleció a los 82 años.