TV Retro Creada en los '60 y con apenas 26 episodios, el simpático personaje creado por Hanna-Barbera se convirtió en un clásico.
Uno de los grandes dibujos animados creado por la factoría de los estudios de animación de Hanna-Barbera es el recordado El Pulpo Manotas, o Squiddly Diddly en su idioma original.
La criatura en cuestión es un pulpo parlanchín cuyas aventuras se comenzaron a emitir en la cadena de televisión estadounidense NBC el 2 de octubre de 1965 como parte del Show del Inspector Ardilla, donde compartía espacio con el citado personaje y la Bruja Tonta.
Se emitieron solo dos temporadas, la primera de 20 episodios y la segunda con tan sólo 6, en la cadena NBC, desde el 2 de octubre de 1965 hasta el 26 de marzo de 1966. A pesar de los escasos 26 capítulos, la serie se convirtió en un clásico en buena parte del globo.
De enorme cabezota y de color violeta, luce siempre un sombrerito de grumete blanco y se viste con una infaltable remera de marinero de color rojo con lazo negro.
El Pulpo Manotas es un prodigio para la música y puede tocar el saxo, la batería, y la guitarra, todo a la vez. El tono de su voz es aguda, así como la de un púber que está cambiando de voz.
Al margen de Manotas, otro de los personajes princípiales en el Alférez Pérez. Se trata de un hombre alto de piernas largas y de cuerpo más morrudo. Viste siempre de traje de marino blanco, con camisa y corbata negra.
El Alférez Pérez es el encargado de la dirección del Acuario Burbujalandia donde reside El Pulpo Manotas y es su responsabilidad el correcto funcionamiento de las instalaciones, aunque no siempre lo logra.
Para llevar adelante su labor, debe cuidar que el Pulpo Manotas no se vaya, o que no organice ninguna de sus travesuras. De todos modos, Manotas siempre acaba metiéndose en problemas y el Alferez lo acaba castigando a realizar todo tipo de trabajos de mantenimiento y conservación en el acuario.
El Pulpo Manotas trabaja en el Acuario Bubbleland, donde se encarga de la limpieza. Pero le gusta demasiado la fiesta como para pasarse el día trabajando duro, lavando y lustrando el acuario en el que vive, por lo que al mínimo despiste del Alferez Pérez y aprovecha para hacer de las suyas.
De esta forma, con la exclamación de "¡Ay mama pulpa!" deja en claro cosas no están muy que digamos y que debe volver a su puesto de trabajo.