HISTORIA LOCAL Estaba afincada en una calle que se le conocía como Las Tropas, porque por allí pasaba la hacienda rumbo a los mataderos.
La palabra gaucho nos hace pensar enseguida en un hombre de campo, tostado por el sol y siempre a caballo. Jinetes de pantalones amplios (bombachas), camisa, pañuelo al cuello, botas y sombrero.
Cuentan los libros de historia que los primeros gauchos aparecieron en el litoral hacia el año 1600. Pocos años después los encontramos ya en la campaña bonaerense. Por entonces, las autoridades daban permiso a los dueños de tierras para realizar las vaquerías, es decir, para recoger y faenar el ganado cimarrón. El gaucho trabajaba en ellas y debido a las expediciones que tenían que hacer para buscar el ganado, se fueron alejando cada vez más de los centros poblados y se diseminaron por la pampa.
Hoy, amigos de "La Unión", quiero referirme a los gauchos de Lomas de Zamora: los gauchos de la Querencia.
La Querencia fue el lugar que elegían los gauchos por excelencia de nuestra región, afincada en una calle que se le conocía como Las Tropas, porque por allí pasaba la hacienda rumbo a los mataderos. El paisaje que la rodeaba era medio pastoril, más propio de la pampa que a los alrededores de la ciudad que conocemos en la actualidad.
Un precario galpón de chapas de un amplio predio fue el primer refugio donde se realizaron las primeras reuniones, que tenían el incentivo de las mateadas y los partidos de truco. Detrás había un añoso ombú rodeado de varias higueras.
La fama alcanzada por La Querencia no sólo se extiende a territorio argentino sino también a países vecinos, ya que en varias oportunidades fue invitada a participar en actos conmemorativos, en el país, en Uruguay y Brasil.
Una vez los jinetes de La Querencia escoltaron al presidente Juan Domingo Perón cuando visitó Lomas.
Las fiestas patrias se celebraban en los primeros tiempos frente a la sede de La Querencia, cuando todavía la calle Las Tropas era de tierra. Los jinetes de a caballo y los "sulkys" se ubicaban en el frente del galpón principal, dando una postal bien gauchesca a las reuniones.
Sólo faltaba la antigua pulpería con sus rejas protegiendo al pulpero, con su poncho, sirviendo copas para que nada faltara en los festejos. El resto lo hacían las payadas, las carreras de sortija y alguna carrera de cuadrera.
Marchas de a caballo se hicieron hasta La Plata, a San Vicente o al Cabildo de Buenos Aires, para rendir homenaje a los próceres. Una vez los jinetes de La Querencia escoltaron al presidente Juan Domingo Perón cuando visitó Lomas de Zamora.
Pero no todo era cabalgar para mostrar su existencia, sino además se organizaban festivales artísticos, como los realizados en el Teatro Coliseo de Lomas.
Hoy La Querencia es un centro tradicionalista que sigue funcionando en el cruce de las calles Monseñor Chimento y Alberto Gómez (casi Camino Negro), honrando a los gauchos de nuestro pasado. ¿Conocías su historia?