RECLAMO La mujer que denunció la pesadilla que vivía su nieta en Centenario reclamó avances en uno de los puntos claves del fallo dispuesto en abril pasado.
La abuela que denunció a una pareja condenada por abuso sexual contra su nieta en Centenario reclamó la falta de avances sobre uno de los puntos claves del fallo dispuesto por el TOC 4 de Lomas de Zamora durante un juicio desarrollado en abril pasado.
El magistrado, que había encontrado culpables a los acusados Sathya González, de 26 años y madre de la menor, y a su pareja Thomas Fernández, de 23, dispuso además otra medida igual de importante que la pena de prisión de cumplimiento efectivo.
Se trata de las muestras biológicas para inscribirlos en el Registro Nacional de Datos Genéticos Vinculados con delitos contra la Integridad Sexual, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
"Todavía no nos informaron de nada, y se supone que ya deberían estar inscriptos, porque el juicio fue en abril", manifestó Silvia, en diálogo con La Unión.
La mujer recibió la pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, como coautora penalmente responsable del delito de "abuso sexual agravado por el vínculo y por ser cometido por dos personas" y autora penalmente responsable de "amenazas y desobediencia".
Por su parte, a Fernández se le aplicó la misma pena, tras ser considerado coautor del delito de "abuso sexual agravado por ser cometido por dos personas".
Según la sentencia, a la que pudo acceder este medio, se dio por probado que los delitos ocurrieron entre 2019 y 2020 en una vivienda de Centenario, en perjuicio de la menor identificada como A.D.S.
Silvia, la abuela de la menor, fue la primera que se enteró de los abusos que sufría su nieta y denunció a los detenidos en la Comisaría de la Mujer y la Familia de Temperley.
La menor, que ya tiene 7 años, y quedó a cargo de su abuela y de su padre biológico, todavía lucha con las secuelas del tormento que sufrió. Según la denuncia, también la habrían maltratado y golpeado muchas veces.
"La nena pasó por un montón de traumas. Está pasando un estrés postraumático, se le cayó casi todo el pelo. Estamos complicados. Es muy duro para ella y vive con eso. No se olvida, te lo cuenta. A veces se hace pis en la cama, se despierta a los gritos", comentó Silvia meses atrás a La Unión.