mundos personales El actor se puso en la piel del niño engreído y malcriado de El Chavo del 8 y jamás pudo apartarse definitivamente de su personaje estrella.
Carlos Villagrán, el actor mexicano que es identificado inmediatamente por su personaje de Quico, nacía hace 80 años, el 12 de enero de 1944, y sigue en escena luego de atravesar algunos problemas de salud en los últimos tiempos.
Quico, que por temas legales pasó a llamarse Kiko, es uno de los personajes favoritos de los fans de El Chavo del 8 y disputa su liderazgo con Don Ramón.
Villagrán comenzó en la actuación de muy joven y fue ganando popularidad en el mundo del humor con el personaje de "Pirolo" y luego se puso en la piel de una señora mayor en "Lola Mento". Todo cambió en su vida a principios de los '70 cuando Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, hizo una fiesta en su casa e invitó a todos los que trabajaban con él en ese momento, entre ellos Rubén Aguirre, quien luego sería el Profesor Jirafales.
Rubén llevó a Villagran a dicha fiesta como invitado y en determinado momento, a Aguirre se le ocurrió que ambos podían realizar un sketch para entretener a los presentes.
Rubén tomó una lapicera, le pintó dos rayas en la cara a Villagrán, lo sentó en su rodilla y realizaron una mímica de muñeco de ventrílocuo. La creatividad de ambos, más el ingenio, caracterización y naturalidad, hizo que Chespirito quedara impresionado.
Días más tarde, el mismo Chespirito llamó a Carlos Villagrán para que formara parte de su elenco, dentro del programa Sábados de la Fortuna, el cual ahí mismo fue donde nació el sketch de El Chavo del 8.
Previamente Carlos ya había realizado un personaje de niño en una obra de teatro llamada "Loquibambia", el cual el niño del personaje reunía las características que conocimos de Quico.
Bajo la tutela de Chespirito, Quico estuvo en pantalla entre 1972 y 1978. El personaje es el único hijo de Federico Mátalas y de Doña Florinda. Su nombre completo es Federico Mátalas Corcuera.
Doña Florinda lo idealiza al extremo y lo convierte en una caricatura de un niño ingenuo, consentido y pretencioso. Su madre le inculcó que la creencia que los vecinos no están a su altura y emite comentarios clasistas y discriminados al respecto, tratándolos como "chusma".
El personaje de Florinda Meza tiene actitudes como si fuera de otra clase social, cuando en rigor vive como puede de la pensión de su esposo. Incluso hay quienes hablan del "Síndrome de Doña Florinda" y lo aplican a las personas que se identifican con su verdadera clase social.
Su madre no se enoja casi nunca con él, pero sucede cuando lo llama "Federico" con gran fuerza y delante de los curiosos vecinos.
Quico es huérfano de padre, ya que este, que era oficial y capitán de la Marina de México, murió cuando naufragó su barco y fue devorado por un tiburón. Por eso, en la serie se diga que "Federico descansa en pez" y no en paz.
Su madre no se enoja casi nunca con él, pero sucede cuando lo llama "Federico" con gran fuerza. Él viste un traje de marinero haciendo referencia al atuendo que los niños de clase alta usaban desde principios hasta mediados del Siglo XX.
Aunque tiene buenos sentimientos, es engreído y manipulador, reclama toda la atención para él y no escatima en esfuerzos para lograrlo.
A pesar de que su mamá le pida que no se junte con la "chusma", hizo buenas migas con el Chavo y la Chilindrina, que son bastante más astutos que él. También con Noño, que viene de nivel económico más elevado. Un clásico es su mala relación con Don Ramón, al que su madre suele propinarle certeras bofetadas.
Al margen de Quico, Villagran interpretó otros papeles en El Chapulín Colorado, Los Chifladitos y demás sketchs.
El personaje, con todos sus gags a cuestas, se transformó en un clásico imperecedero y hasta muchos usaron su look en animadas fiestas de disfraces, incluido el propio Lionel Messi.
Los problemas internos dentro del elenco hicieron que Villagran y Ramón Valdez se alejen de Chespirito en 1978 y El Chavo del 8 no fue igual sin ellos dos. Luego comenzó una larga lucha legal con Gómez Bolaños sobre la propiedad del personaje y hasta pasó a llamarse Kiko. Luego de muchos años, pudo recomponer la relación con Gómez Bolaños.
Tal como les pasó a muchos comediantes y humoristas, Villagrán quedó prisionero de su personaje estrella. Siempre con la ropa del malcriado niño, tuvo varias apariciones y escasos trabajos por fuera de Quico.