adiós maestro Este diario entrevistó en septiembre de 2022 al ilustre dibujante, después de buscarlo por mucho tiempo. Finalmente cedió a conversar sobre su obra y vida. "Siempre hay que hacer lo que a uno le gusta", su legado.
Parco, distante, al principio. Generoso y cariñoso, al final. Así fue el acercamiento que tuvo este medio con el ilustrador Tabaré Gómez Laborde, autor de la célebre tira "Diógenes y el Linyera", en septiembre del año pasado en el Club Alumni de Turdera, donde iba todas las tardes, con motivo del Día de la Historieta. Ese día, el ilustrador concedería su última entrevista a un medio de comunicación. Falleció esta mañana, a los 75 años, en la Clínica Juncal (Temperley).
Tabaré fue el autor de una de las tiras más populares desde hace más de 40 años: Diógenes y el Linyera, publicado en el Diario Clarín desde 1977.
Pero yendo hacia atrás, Tabaré nació en Uruguay y en el país vecino trabajó durante siete años en una agencia de publicidad, pero admitió que no disfrutaba de su labor. "Yo quería dedicarme a hacer historietas y, durante la década del '70, en Argentina había muchísimos lugares en donde publicar. Las ganas de hacer historietas fue lo que me trajo a este país", contó.
Así fue como, a partir de 1977, nacieron las aventuras de un linyera y su perro Diógenes, breves diálogos que siempre mostraron una sátira de la realidad social y política desde la mirada de dos vagabundos urbanos. "A los guionistas Carlos Abrevaya y Jorge Guinzburg les gustaba como yo dibujaba y así surgió publicar Diógenes y el Linyera. La idea era de ellos, yo las plasmaba en papel", explicó Tabaré.
A partir de 1977, nacieron las aventuras de un linyera y su perro Diógenes, breves diálogos que siempre mostraron una sátira de la realidad social y política desde la mirada de dos vagabundos urbanos.
"En esa época había muchísimo trabajo", rememoró Gómez Laborde. Al ser consultado sobre las características de los personajes principales de la tira, Tabaré explicó que, como dibujante, debió adaptarse a las ideas de los guionistas, "tal como cuando un actor se adapta a lo que pide un director". Pero también recordó cuando la tira sufrió "censuras y hasta amenazas" durante la última Dictadura Militar.
"Yo disfruto de hacer lo que me gusta, por más de que no siempre las historias salen como uno quiere porque también somos humanos y tenemos problemas", dijo, al mismo tiempo admitió que, muchas veces, recibió el halago de los vecinos sobre la publicación de Diógenes y el Linyera. El cacique Paja Brava, una historieta que tiene 24 capítulos en las revistas Satriricón y Humor Registrado, y Eustaquio, breves relatos humorísticos con 15 capítulos publicados en la revista Humor Registrado, son otros personajes que destacó sobre su carrera. "Hacer humor en Argentina es difícil, sobre todo en esta época. Es una satisfacción y una alegría poder vivir de lo que me gusta", explicó, con una clara alegría en su voz.
Para finalizar, Tabaré le dedicó unas palabras a aquellos jóvenes que les gusta la historieta. "Siempre hay que hacer lo que a uno le gusta y tener personalidad, sin copiar o asemejarse a otro. Hay que demostrar las cualidades propias, es lo que siempre les digo a quienes me mandan trabajos para que yo les haga alguna devolución", expresó.