Tomás Almada, el pibe de Lanús que fue viral por su historia de vida

A seguirlo El futbolista de la Reserva del Granate se hizo famoso en las redes sociales por una historia de superación y de no bajar los brazos.

Crédito: Instagram Tomás Almada

El pibe del Grana juega en Reserva.

El nombre de Tomás Almada ganó notoriedad en las últimas horas, pero no sólo por las calles de Lanús. Su historia de vida, de constancia y sacrificio, se empezó a replicar por las redes sociales, luego de un informe que realizó Fox Sports, y todos los hinchas del Granate conocieron más de este pibe que hoy juega en la Reserva de Rodrigo Acosta.

Tomás es de Monte Chingolo, una de las localidades que conforman el Partido de Lanús, pero gran parte de su vida no estuvo vinculado al fútbol. Recién a los 19 se fue a probar primera vez en un club de fútbol, lo hizo en Vélez y quedó seleccionado, pero una rotura de tibia y peroné que sufrió en un campeonato que fue a jugar con sus amigos lo truncó el sueño de jugar en la V azulada. Sin embargo, no bajó los brazos, lo volvió a intentar y este año, después  de superar una semana de prueba, se incorporó a las Inferiores del "Granate"

El hecho de no bajar los brazos forma parte de su esencia. Y así lo contó en la entrevista. "Siempre jugué a pelota, me encanta, pero nunca me fui a probar. Yo todos los día agarraba, ataba un caballo con el carro e iba a juntar cartón, juntaba botellas, también hacía changas. Por eso nunca fui a un club".

Por este motivo, su historia llegó de grande, de casi de casualidad, y recién ahí se dio cuenta que le gustaba. "Siempre jugué partidos de potrero, por plata. Y un día, cuando estaba jugando un partido por bastante dinero, se acercó un hombre después del encuentro y me dijo si quería ir a Vélez. Y ahí fui. Tenía 19 años, casi 20, cuando llegué por primera vez a un club. Una semana me probaron. Después del primer día, tuvimos un amistoso y ese día me dijeron que había quedado. Sin embargo, nunca jugué, estuve cuatro meses sin jugar. Como nunca había jugado en Inferiores, no sabía pararme en la cancha. Eso me jugó en contra", comentó.

Esa situación no le gustaba. Y como ama correr detrás de la pelota, un día se escapó de su casa para jugar a la pelota y a los cinco minutos pasó lo que no quería: rotura de tibia y peroné. "Me arruiné la carrera yo solo", fueron las palabras que Almada le dijo a su mamá en ese momento, mientras estaba en el piso tras lesionarse. 

Si bien esa lesión le impidió seguir en el Fortín, no frenó su sueño de ser futbolista. Si bien lo descubrió tarde, y más allá de lo difícil que es conseguir club con más 20 años, lo volvió a intentar. Y lo hizo en el club de su barrio: Lanús. Ahí pasó la prueba, sedujo con sus condiciones naturales y ya se encuentra instalado en la pensión,  cursando la escuela secundaria y sumando minutos en el equipo de Rodrigo Acosta.

"Por suerte tuve una segunda oportunidad y no la voy a desaprovechar. Fueron dos semanas de pruebas, con un par de amistosos en el medio, y quedé. Ahora estoy en la Reserva, siguiendo mi sueño de jugar en primera para ayudar mi familia", resaltó. 

Por último, concluyó: "Si hay una changa o encuentro una tele, un calefón, por más que esté de saco y corbata,  lo levanto igual. No importa cómo esté vestido, lo levanto. Todo se valora".

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