SATISFACCIÓN TUERCA José Scarpino es amante de los "fierros" y, luego de tanto buscarlo hoy disfruta de este modelo que se hizo popular en Argentina de la década del '70.
José Scarpino es vecino de Banfield, y su amor por los autos trasciende los límites: es fanático de Chevrolet, pero tiene un coupé Dodge Polara RT del color del club del que es hincha: verde, como los del Taladro. A lo largo de su vida, fue dueño de una agencia de vehículos. Pero, además, es hijo y sobrino de los creadores de dos de los boliches más emblemáticos de Banfield: Bon Ami y Tívoli, en las décadas del '70 y '80.
Este auto apareció en Argentina en 1974 y era la versión deportiva del Dodge Polara Coupé, con equipamientos que lo convertían en un auto con un perfil preparado para competir: un motor potenciado de seis cilindros en línea, caja manual al piso de cuatro marchas y un diseño exterior alineado a la línea impuesta por sus rivales como el Ford Falcon Sprint y Chevy Serie 2.
Al momento de hablar sobre su pasión por los "fierros", José, de 58 años, y explicó al Diario La Unión cómo logró dar con esta bestia sobre ruedas a la que cuida como si fuera un hijo, hace unos 8 años.
"Esta Dodge la conseguí a los 50, el vínculo con los fierros es de toda la vida, siempre me gustaron los autos. De hecho, casi todos los integrantes de mi familia y yo tuvimos agencias de autos, así que estoy con este tema desde chico", reveló.
Si bien se declara fanático de la marca del moño, José reveló que este modelo de los años '70 lo atrajo desde la primera vez que la vio.
"Un día mi hijo Vicente me dice 'Julio un amigo de la familia- tiene una coupé Dodge guardada. Al principio no le creí y después me la mostró, pero desde ahí me empezó a gustar. Pese a que soy fanático de Chevrolet, a partir de ahí la busqué. De hecho, mi papá tuvo todos los modelos Chevy, yo también tuve una, y un 400", contó.
A partir de ese momento, este popular modelo en Argentina se volvió su principal objetivo. "Comencé preguntándole a todo el mundo si sabía de alguna Dodge hasta que, un día voy a lo de un amigo y me dijo que un muchacho vecino tenía una para vender. Al verlo, me cuenta que le faltaba la caja de cambios, el embrague y que, por un tema económico perdió esas partes y no pudo arreglarlas más", explicó.
José terminó por comprar el auto, aunque no lo usó hasta haberlo tenido a punto. Además, reveló que, desde esa instancia, comenzó una relación distinta al trato que le podría dar a un auto actual debido a que, siempre le realiza algún ajuste o tarea de mantenimiento.
"Al final terminamos llegando a un acuerdo y la compré. La tuve guardada en un terreno hasta que pude conseguir la caja y embrague. Ese fue el comienzo de un tiempo que nunca termina porque más allá de que está linda, todos los días tenés que hacerle algo. La lustré, después le cambié las llantas, después el color y la perfeccioné", detalló. i bien el auto está, prácticamente, original las únicas reformas que sufrió fue la franja gris que dice RT en forma vertical horizontal, cuando la de fábrica era horizontal. "Después tiene los tapizados y llantas originales, con rodado de 15 pulgadas en vez del 14'", indicó José.
Por su parte, aclaró que no es de los que no permite determinadas cosas encima del auto. "Fui con personas que me iban cebando mate o fumando. No soy de los que dicen 'no comás'. La cuido a morir, pero si tengo que ir a un lugar donde hay tierra seca, voy. Me gusta cuidarla y disfrutarla", avisó.
Y agregó: "Está siempre inmaculada, guardada en el garaje tapada con una funda. Desde que la tengo no conoce la lluvia, porque si el día está nublado o llueve no sale. Nunca tuve un problema."
Gajes del amor por los fierros
José admitió que su dedicación a tiempo completo le implicó, en varias ocasiones, sortear distintas situaciones familiares. A su vez, reveló que llegó a un punto que pretendió tener un modelo de las cuatro marcas más populares de Argentina: Ford, Chevrolet, Dodge y Torino.
"Este proceso lleva tiempo, dedicación y hasta lio con mi familia porque perdía tiempos con el auto. Llegó un momento en el que quise tener las cuatro marcas, después me compré un Ford Falcon, un Jeep pensando en que mi hijo me iba a acompañar. Pero la juventud de ahora no le interesa estos tipos de autos, y el Falcon lo terminé vendiendo porque no lo usaba, aunque me arrepentí. Pero el fanatismo es por Chevrolet y Dodge", enfatizó.
La satisfacción de tener una pieza única
José no oculta lo que le produce este auto. "Cuando vas por la calle y te paran para pedirte fotos, te dan un pulgar hacia arriba, te aplauden, vas manejando y te sacan fotos. Son satisfacciones impagables, significa todo porque me dio muchas alegrías. Como siempre digo, mi coupé no es la mejor porque hay 10 que son más lindas y originales, pero es re contra llamativa", concluyó.