CON 136 GOLES Dolores Albella, hija del máximo anotador de la historia del Club Atlético Banfield, rememoró la carrera de su padre a pura emoción.
Si hay que hablar del Club Atlético Banfield es imposible no mencionar a Gustavo Albella, el máximo goleador de la historia de la institución con 136 tantos (71 en Primera División y 65 en la segunda categoría del Fútbol Argentino). El Diario La Unión dialogó con Dolores Albella, su hija, quien contó sobre la trayectoria de su papá, el glorioso paso por el "Taladro" y el Campeonato Moral, además de dejar en claro el orgullo que aún siente al ver cada recorte de periódico en el que se habla de su padre, quien quedó marcado a fuego en la historia grande del club situado en Gallo y Arenales.
Gustavo Albella debutó en Talleres de Córdoba en 1943, tuvo un paso fugaz por Boca en 1945 y al año siguiente recaló en Banfield, donde hizo historia en sus dos períodos (1946-1951 y 1955-1956). También tuvo la posibilidad de jugar en el exterior: San Pablo de Brasil, entre 1952 y 1954, y Green Cross de Chile, desde 1957 a 1961, donde se retiró como profesional.
"A raíz de todos los relatos que brindaba él para las entrevistas o de recortes periodísticos es que yo pude conocer su campaña. Es increíble ver cómo lo querían por defender las camisetas de los equipos en los que jugó", comenzó a contar Dolores, quien catalogó con la palabra "orgullo" tener la posibilidad de recordar su historia.
Gustavo Albella fue parte del plantel de Banfield que peleó hasta el final el Campeonato de 1951, en donde al "Taladro" lo distinguieron como Campeón Moral luego de perder una final contra Racing, tras haber igualado el torneo con los mismos puntos. "En 1951 estaba Juan Domingo Perón como presidente y Eva, su mujer, quería que ese partido lo gane Banfield porque era el equipo más humilde", contó Dolores.
En 1951 estaba Juan Domingo Perón como presidente y Eva, su mujer, quería que ese partido lo gane Banfield porque era el equipo más humilde.
"Mi padre no jugaba por dinero sino por amor al deporte. Él era sencillo, de una familia de clase media y hasta el día en el que falleció pudo vivir del dinero que ganó como futbolista. Cuando terminó de jugar trabajó como chofer de combis en el Instituto Sáenz y hasta se sacaba fotos con los chicos", relató quien fue docente de inglés, quien rápidamente señaló que Gustavo Albella era un hombre de perfil bajo, a tal punto que se ponía a charlar de fútbol con cualquier vecino, entre ellos Eduardo Duhalde.
Mi padre no jugaba por dinero sino por amor al deporte. Él era sencillo, de una familia de clase media y hasta el día en el que falleció pudo vivir del dinero que ganó como futbolista. Cuando terminó de jugar trabajó como chofer de combis en el Instituto Sáenz y hasta se sacaba fotos con los chicos.
"Para mí, mi papá fue como Diego Maradona. Hoy en día veo a jugadores como Lionel Messi o Ángel Di María que tienen un gran empuje, esa misma dedicación que tenía mi viejo por el fútbol", cerró a pura emoción.