4ta audiencia En la jornada de ayer un efectivo declaró acerca de otra versión que vincula a una banda cercana a Marcelo Villalba y el femicidio de la adolescente.
En una nueva audiencia del juicio por el femicidio de Anahí Benítez, un efectivo policial testificó acerca del proceder del can Bruno – el perro que vinculó la casa de Marcos Bazán y el lugar donde encontraron el cuerpo- y desarrolló los indicios que se desprendieron de la segunda línea de investigación que conecta el caso de la adolescente con una banda allegada a Marcelo Villalba que vendía drogas por la zona.
Pablo Ezequiel Cuello, quien en 2017 se desempeñaba como Jefe de Operaciones de la Dirección de Homicidios de Puente La Noria, participó de los rastrillajes en la Reserva Santa Catalina y de uno de los allanamientos que se llevaban adelante simultáneamente en la zona, entre ellas, en la casa de Marcos Bazán, de donde secuestraron un par de zapatos y una pala. Además, observó otras diligencias: el rastreo de canes.
"Debíamos reproducir un posible recorrido de la víctima. Así que comenzamos en la entrada de la reserva. El can comenzó a andar. Me acuerdo que fuimos por un sendero hasta que llegamos a la entrada de lo que era la puerta de ingreso de la casa donde habíamos encontrado la pala y los borcegos", recordó.
"El perro parecía insistente en entrar a la propiedad. Quería seguir el rastro adentro", planteó y sostuvo: "No captaba dentro de la vivienda, pero sí en una construcción que estaba en una zona de cultivo de hongos, luego a la honguera. Ahí se sentó".
Luego declaró acerca de otra búsqueda con la muestra de olor de la víctima, que inició donde fue el hallazgo del cuerpo.
"El perro se puso a cavar. Me acuerdo que el adiestrador le pidió que busque. Ya estaba demasiado oscuro. Entonces, el perro comenzó a dirigirse a una zona arbolada, a contra mano de donde veníamos. Íbamos caminando para ahí y llegamos hasta un alambrado. Fuimos costeándolo hasta que llegamos a una abertura grande. Ingresamos por ahí, fue complicado. Hizo unos metros hasta un camino, fue a la izquierda, luego a la derecha, hasta que llegamos al patio de atrás de la misma casa", marcó.
Cuello luego profundizó acerca de cómo dieron con el celular de Anahí, el cual Marcelo Villalba le regaló a su hijo. A pesar de haber utilizado otro chip, el personal policial logró rastrear el teléfono. Cabe recordar que, en la autopsia del cuerpo de la víctima, se halló ADN del imputado.
No obstante, el testigo marcó que se siguió una segunda línea de investigación que vinculaba a una banda que comercializaba drogas -que pertenecía al círculo donde se movía Villalba- que se conectaba con el femicidio de Anahí. Se trata de "El Gordo Mani" Duarte, "El Chacal" Morales, Barbarita, y Robert.
"Se decía que Barbarita le hacía la caída a las chicas para que compren droga y se acerquen a ese grupo y que Robert las enamoraba porque era un tipo carismático y pintón", dijo Cuello y agregó: "Cuando llega esta línea, pido todo el material fílmico de Lomas de Zamora. El rumor decía que, a Anahí, luego de que la dieran por muerta, la cargaron en un auto 125 color celeste tipo rural, que era de Robert, y la llevaron para el lado de la reserva".
"Miramos las filmaciones y en el día en el que podía a ver sido la noche del deceso, el auto pasó cerca de la casa del Gordo Mani. Eso está documentado, y vendría a confirmar parte de aquel relato. Pedimos varias órdenes de allanamiento, pero sólo se hicieron dos, en la casa del Gordo Mani y de Robert. Ahí se agotó esa línea", concluyó.
La mamá de la adolescente, Silvia Pérez Vilor, había denunciado al comienzo de este segundo juicio una versión similar después de que un hombre se acercara a la puerta de su casa meses después del hecho para "contarle la verdad" acerca de su hija.
En la jornada de este miércoles declaró también la vecina de Marcos Bazán y sus compañeros del Hospital Gandulfo, donde trabajaba.
El Tribunal pasó a un cuarto intermedio para el próximo lunes 13 de marzo.