DESDE 1949 La Marroquinería Doga nació en 1949 y, debido a su éxito "en una época de esplendor del país", se expandió en el distrito. Hoy es un referente en el mundo de los cueros.
El mundo del cuero en Lomas está en manos de un comercio con más de 70 años en el mercado y que llegó a Lomas para quedarse, a tal punto que ya la tercera generación de la familia atiende el emblemático lugar: la marroquinería DOGA. Carlos Gamarnik es uno de los socios del local y contó la historia del lugar, sus comienzos en Lanús de la mano de sus padres y lo que significa ya trabajar codo a codo con su hijo. Los valores del esfuerzo y del sacrificio, vigentes.
La marroquinería fue fundada en 1949 y en un principio se encontraba en Lanús. "Se inauguró gracias a mis padres. Doga se formó por el nombre de mi mamá, Dora, y el apellido de mi papá, Gamarnik", explicó Carlos, quien heredó el comercio familiar.
"El negocio tuvo mucho auge, agarró una época de esplendor en el país. El esfuerzo y trabajo se vio recompensado por el incremento de las ventas y la demanda", explicó Gamarnik, que luego indicó que decidieron expandirse a Lomas con una sucursal ubicada en Yrigoyen y Laprida.
El negocio tuvo mucho auge, agarró una época de esplendor en el país. El esfuerzo y trabajo se vio recompensado por el incremento de las ventas y la demanda.
Tras algunos años, Doga se mudó a Laprida 137, un local más amplio y donde se encuentra hasta estos días. "Luego tuvimos la posibilidad de adquirir otra propiedad, en Laprida 436, devolviendo el espacio original de Yrigoyen", resumió sobre la trayectoria.
Cabe resaltar que, a la Marroquinería Doga, que se dedica a la venta de mochilas, carteras, billeteras, bolsos y valijas, asisten clientes desde distintos puntos de zona Sur, algunos de ellos fieles desde sus primeros años. "Hubo un pequeño lapso que con mi hermano nos dedicamos a la fabricación de portafolios, pero luego dejamos y comenzamos a importar, a partir de la década del '70", resaltó.
A la Marroquinería Doga, que se dedica a la venta de mochilas, carteras, billeteras, bolsos y valijas, asisten clientes desde distintos puntos de zona Sur, algunos de ellos fieles desde sus primeros años.
"La temporada alta en este rubro es de octubre a marzo, aunque también hay fechas puntuales que ayuda al incremento de ventas", aseguró Gamarni, que luego contó que actualmente tienen un boom de ventas y consultas, ya sea por equipajes para las vacaciones como por mochilas para el inicio de clases, con una gran variedad en precios y modelos.
Actualmente, además de Carlos, en el local trabaja su hijo Federico (la tercera generación) y su socia Ida, además de un personal con más de 35 años de antigüedad.
"Cuando terminé el secundario empecé a dar los primeros pasos en Doga, aprendí el oficio y ahora sigo el legado, es una etapa muy linda. Trabajar en el negocio es una responsabilidad familiar", cerró Federico, emocionado por poder compartir la labor con su padre y mantener en pie el sueño de sus abuelos.