La llegada "inmersiva" de Frida Kahlo a la Argentina

IMPERDIBLE Puede visitarse una muestra que recorre la vida y la obra de la notable artista mexicana, que es admirada en nuestro país. 

Se puede visitar hasta marzo.

En Argentina la cara de Frida Kahlo está en todas las remeras. También está en tatuajes y todo tipo de productos que se comercializan. Al margen de su imagen, convertida hace lago tiempo en un ícono pop, también se valora y aprecia su arte y agitada vida, en la que rompió con los cánones de su época. 

A propósito del amor hacia la artista mexicana que hay en el país, acaba de inaugurarse la esperada exposición inmersiva "Vida y obra de Frida Kahlo".

Se trata de la segunda con este tipo de tecnología que desembarca en Buenos Aires luego de la de Van Gogh, que puede visitarse hasta fines de marzo en el CEC Centro Convenciones de Buenos Aires.

Se trata de un recorrido emotivo a través de cientos de obras que buscan dar una voz diferente a Frida, revisar su figura desde otra mirada y no desde la narrativa popular del dolor y el sufrimiento", dijo la directora creativa de la muestra, la española Carla Prat.

En el ingreso de la muestra, hay un homenaje a la casa homónima de Coyoacán donde la artista nació, vivió, pintó y murió, la misma vivienda donde estuvieron durante más de 40 años encerrados -por indicación de Diego Rivera- sus diarios personales, entre otros objetos. 

Durante los últimos diez años de su vida, y sin sospechar que alguna vez se convertiría en un documento accesible al público, Frida Kahlo escribió un diario personal, de su puño y letra, un documento que puede pensarse como poemario, cuaderno de caligrafía y libreta de dibujo al mismo tiempo.

Algunos murales que remiten a la historia de Frida dan la bienvenida en la exposición que propone un itinerario por diferentes salas que van acercando, desarmando, la figura de la pintora: en la primera, algunos cuadros enmarcados muestran reproducciones de las páginas del diario de Frida, por ejemplo, con muchos colores se puede ver a diversos animalitos que bailan en ronda, en la página 39 de su diario bajo la leyenda “Danza al sol”.

Luego, en la sala siguiente se puede ver un espejo de cuerpo completo que se ubica debajo de dos hileras de palabras, con letras plateadas, con las que la pintora se identificaba a sí misma: Frida, Frieda, Freón, mujer, comunista, bailarina, revolucionaria, inteligente, caminante, libre, esposa.

Hay algunas salas muy angostas, como una suerte de separadores, que están completamente pintadas e iluminadas con colores que Frida destacaba en sus diarios, como por ejemplo el amarillo que ella relacionaba con la locura, la enfermedad, el miedo; o el azul, de la electricidad, la pureza, el amor.

Hay además otra sala que alberga una serie de pinturas de gran tamaño, impresas sobre grandes telas que penden del cielo raso, y que buscan mostrar la variedad de temáticas abordadas por Frida en sus pinturas, un puñado que busca ser representativo desde la primera hasta la última de sus producciones, “Autorretrato con traje de terciopelo”, “Mis abuelos, mis padres y yo”, “Las dos Fridas”, “Autorretrato con pelo cortado” o “El venado herido”, entre otras.

Junto a esta serie, se ubica una curiosa “photo opportunity": una cama, reproducción del lecho donde Frida comenzó a pintar a raíz del accidente de autobús que le destruyó el cuerpo y la dejó postrada durante meses; un espejo en el dosel de la misma, un caballete especial que le mandó a hacer su madre, “el momento en que nació la pintora”, se lee en la sala que invita de este modo al momento “selfie”.

"La Casa Azul” se titula la anteúltima sala antes de ingresar a la inmersiva, homenaje al sitio que Frida consideraba una extensión de sí misma, el hogar familiar, estudio y espacio de descanso final, entre un jardín único poblado de monos, pájaros, buganvillas y cactus, en Coyoacán. 

El Centro Convenciones de Buenos Aires (CEC) está ubicado en Avenida Figueroa Alcorta 2099, al lado de la Facultad de Derecho. Entradas a la venta en la web www.fridaexpoar.com.

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