Siempre presente Martín Muñoz es seguridad y fue campeón del mundo en powerlifting. Se hizo famoso en el Mundial y es el hincha emblema de la Selección. Una historia sin desperdicio.
Su imponente físico y el lugar que ocupó en la tribuna de los partidos de la Selección Argentina en el Mundial de Qatar 2022 llamaron la atención del mundo entero. Los flashes de las cámaras, guiados por el ruido de los bombos y la fiesta argentina, se encandilaron con su fisonomía y la captura recorrió el planeta. Eso rápidamente lo transformó en el hincha más famoso de la Scaloneta. O como él se define, en el "Patovica de la Selección".
Esa foto arriba de las barandas del Estadio Áhmad bin Ali, donde Argentina eliminó a Australia con un triunfo por 2-1, y rodeado de otros hinchas argentinos fue su escalera a la fama para Martín Muñoz. Y esa subida, como suele decirse, tuvo una pequeña mancha: fue tildado como un "barra-brava" contratado por el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia.
Sin embargo, la historia de este muchacho de 31 años, que se crió en Llavallol y desde 2017 vive en Australia, es diferente. Y en una charla a la distancia con La Unión, le quitó dramatismo a la situación, dijo que le "divierte muchísimo las cosas que se dicen". "Me encanta que se diga cualquier cosa sobre mí, ya sea positiva, negativa o recibir algunas puteadas. Todo me parece divertidísimo", recalcó .
"Ayudo lo más que pueda para que se arme una fiesta en la tribuna, trato de lidiar con la policía o los de seguridad por mi manejo de idiomas y también, por mi apariencia, busco abrir el paso en los banderazos", agregó.
Es fanático de la Selección Argentina y se convirtió en uno de los hinchas más fieles. Dijo presente en el Mundial de Rusia 2018, también en la Finalissima contra Italia y también en el Mundial de Qatar hasta el último día, con la felicidad de que Lionel Messi, su ídolo. "Para mí, es una leyenda viva, lo amo", dijo, emocionado.
Esta pasión por la celeste y blanca, casi sin darse cuenta, le cambió la identidad. Desde que pisó Qatar dejó de ser Martín y pasó a ser llamado el "Patovica de la Selección", el nombre que eligió para su cuenta de Twitter, la cual subió de seguidores desde que inició la Copa del Mundo.
"Como trabajé toda vida como seguridad en boliches, me había hecho una cuenta parodia llamada "El 'Patovica de Bagatelle', pero cuando vi todo lo que estaba pasando decidí salir de anonimato y me pareció una buena idea llamarme el 'Patovica de la Selección'. Y la verdad que me gusta", remarcó.
Esta historia, sin embargo, tiene un pasado. Y las raíces de Martín, antes de saltar a la fama, están asentadas en Llavallol, donde se crió y se educó en Colegio Euskal Echea. En ese barrio de Lomas de Zamora también dio sus primeros pasos en el powerlifting, una disciplina en la que se coronó campeón del mundo en 2014 (también argentino en varias oportunidades) y logró muchos récords. "En la categoría hasta 100kg de peso corporal soy el mejor que hubo en Argentina", remarcó.
Justamente, por ese deporte, buscó su camino en el exterior. "En 2012 me fui a Rusia a probar suerte en torneos, ya que me di cuenta que no podía vivir en el país si quería desarrollarme en este deporte. Mis mejores marcas, es más, las hice allá. Eso me permitió participar en los torneos más importantes, pero arrastro una lesión y hace bastante que no compito. Hoy vivo en Australia, soy personal trainer y sigo como seguridad en boliches", comentó.
¿Y Llavallol? "Guardo los mejores recuerdos, mi vida pasó ahí, y lo que siempre se me vienen a la cabeza son los años en el Colegio Euskal Echea y mis inicios en Oxígeno gym. Igualmente no soy una persona que extraña, vivo ocupado, no tengo tiempo para pensar si estoy bien o mal, aunque me gustaría estar más cerca de mis amigos y de mi familia", cerró el "Patovica de la Selección".