recuerdo Fue en Pasco al 3300, una noche de 1987, el año en el que la banda se disolvería por la muerte del mítico artista.
Luca Prodan supo constituirse como un personaje mítico en el universo del rock argentino. Su historia de vida, su desfachatez y personalidad crearon un culto en torno a su imagen, además de inmortalizar canciones con Sumo, su banda.
En aquella década del '80, donde el rock nacional venía con el empuje del restablecimiento democrático, la escena estaba repleta de bandas con sonidos nuevos, distintos, en plena ebullición creativa: Soda Stereo, Virus, Los Abuelos de la Nada, y por supuesto, Sumo, entre otros. Sumo, con la particularidad de su líder, Luca, un músico ítalo-escosés, que estudió en los mejores colegios de Europa y recaló, a fuerza de rebeldía e insurrección, en Argentina.
De una noche de 1987, entre tantas otras donde Sumo se presentó en alguna discoteca del momento (en este caso Espectro Disco de Temperley, ubicada en Pasco al 3300), salió esta imagen, publicada por la cuenta de Facebook Temperley Tiene Historia (tomada por Julián Granillo).
La postal habla por sí sola: en ella además de Luca, se distinguen algunos músicos que se destacarían en el porvenir: Roberto Pettinato (saxofonista, y ultra mediático conductor), Ricardo Mollo y Diego Arnedo (armaron la banda Divididos), Germán Daffunchio y Superman Troglio (armaron Las Pelotas).
El último recital de Sumo se realizó en el estadio del Club Atlético Los Andes el 20 de diciembre de 1987. Dos días después, Luca sería hallado sin vida.