AVANZA EL JUICIO Participaron los jueces y varias personas que estuvieron cautivas en el lugar. "El sector de los calabozos estaba igual", precisó el auxiliar fiscal.
Este martes se realizó una inspección ocular en el Pozo de Banfield, excentro clandestino de detención que funcionó durante la última dictadura militar. Sobrevivientes participaron del procedimiento, ordenado en el marco del juicio por los delitos de Lesa Humanidad cometidos en este lugar.
Cerca de las 9 de la mañana, se hicieron presentes los integrantes del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, Walter Venditti, Ricardo Basílico y Esteban Carlos Rodríguez Eggers para comenzar la inspección. Los acompañó el auxiliar fiscal Juan Martín Nogueira y la auxiliar fiscal Ana Oberlin, integrantes de la Unidad Fiscal Federal de Delitos de Lesa Humanidad.
Además, varios sobrevivientes tuvieron la oportunidad de acompañar la recorrida en Siciliano y Vernet. Entre ellos estuvo Pablo Díaz, quien fue uno de los jóvenes detenidos en "La Noche de los Lápices" en septiembre de 1976. Durante la inspección dio detalles sobre cada rincón de la exdepedencia policial.
"Entramos por el portón y recorrimos los calabozos, fuimos a la Maternidad que funcionó en un sector que era zona de cocina y se pudo ir al sótano, que era un lugar que en otras oportunidades estaba inundado y no se podía recorrer, pero en esta oportunidad se pudo ver", explicó el fiscal Nogueira a la agencia Télam.
En el recorrido se pudo verificar lo que habían declarado varios sobrevivientes durante el juicio, ya que muchos sectores del Pozo de Banfield permanecían idénticos. "El sector de los calabozos estaba igual, salvo que ahora había una mampostería y antes entraba más luz. Y se pudo constatar que desde allí se percibían ruidos de otros lugares, llegaban sonidos a los calabozos, tal como refirieron escuchar las víctimas", contó Nogueira.
Los auxiliares fiscales destacaron que "una inspección de este tipo suma muchísimo para la causa y para las víctimas, que ven cómo los jueces y funcionarios asisten a este lugar donde se concentró todo el horror que se está desarrollando en el juicio".
CÓMO ERA EL POZO DE BANFIELD
Según se pudo constatar, el excentro clandestino de detención tenía tres plantas:
Planta baja: oficina del jefe, sala de torturas y otras dependencias.
Primer piso: calabozos, oficinas, comedor, casino de personal, cocinas y baños.
Segundo piso: 24 celdas de 1,50 por 2,50 metros y baños.
También se instaló una maternidad clandestina.
EL JUICIO
El proceso que juzga los delitos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno de Lanús comenzó en octubre de 2020 y tiene como imputados a 16 represores, entre ellos el exmédico policial Jorge Bergés. También figuraba como imputado Miguel Etchecolatz, exdirector de Investigaciones de la Policía Bonaerense, quien murió el pasado 2 de julio.
Durante el juicio, decenas de personas testificaron haber sido víctimas de violencia física, psicológica y sexual en este centro clandestino de detención entre 1974 y 1978. En la última audiencia, el sobreviviente Diego Barreda aseguró que se le caía la piel debido a la picana eléctrica. Días antes, Guillermo Luis Cometti, otro de los que pudo contar el horror, reveló que ese tipo de tortura se la aplicaban en la boca y en los genitales.