Paso a paso El Taladro llegó a la instancia de semifinales por primera vez en 10 ediciones. Le faltó ese "plus" para ir por lo máximo, pero el tiempo le dará revancha.
Dentro de una temporada irregular en la Liga Profesional, Banfield encontró en la esquiva Copa Argentina un resquicio para ilusionarse. El Taladro nunca había podido sortear los octavos de final de la competencia y, con el correr de las llaves, se encontró frente a una posibilidad tan real como histórica.
El camino que se inició el 2 de marzo concluyó este 26 de octubre, a cuatro días de la final en Mendoza. El primer paso fue Sportivo Dock Sud, en el estadio Centenario de Quilmes. Tras arrancar en desventaja, impuso condiciones en el segundo tiempo y eliminó al equipo de la Primera B.
Acto seguido, enfrentó a Unión de Santa Fe en San Nicolás de los Arroyos. Otra vez comenzó abajo en el marcador y lo dio vuelta en medio de un bajón futbolístico y de resultados que comenzaba a preocupar el andar en la Liga Profesional y que llevaría a estar ocho fechas sin triunfos.
Llegó el partido de octavos de final, el del "karma", ese que tenía que derrumbar todas las barreras. En el estadio Juan Domingo Perón de Córdoba, el 2-0 sobre Gimnasia y Esgrima de Jujuy (Primera Nacional), ponía por primera vez en 10 ediciones de la Copa Argentina a Banfield en cuartos.
El equipo de Claudio Vivas estaba a mitad de recorrido. Tres partidos lo separaban de la final. A San Luis estadio Juan Gilberto Funes- fue a enfrentar a Godoy Cruz de Mendoza, que lo había eliminado en dos ocasiones previas. Y tuvo revancha, tras el 1-1 en los 90 minutos, Facundo Cambeses, que había atajado un penal en el partido, contuvo otros tres en la definición.
A este partido con Talleres de Córdoba en el Coloso Marcelo Bielsa llegó con Javier Sanguinetti en el banco. Y toda la ilusión de su gente que desde temprano inició la caravana verde y blanca para copar Rosario.
Qué este capítulo mereció otra página triunfal es cierto. Más allá de lo que hubiera pasado en la final. Pero los imponderables del fútbol aparecen en el momento menos imaginado. Esa falla defensiva terminó por derrumbar todo, pero no quita el esfuerzo que se hizo a lo largo de la competencia.
Ahora, a pensar en 2023, en armar un plantel competitivo para revertir un año con pocas luces y apuntar a objetivos más altos copas internacionales-. No puede fallar Javier Sanguinetti en la elección de los refuerzos, ni la Comisión Directiva en satisfacer los pedidos del entrenador.