Entrevista En diálogo con La Unión, "Satanás" habló de los objetivos y de la forma para cambiar el rumbo en El Porvenir.
Javier "Satanás" Páez supo defender 15 camisetas y ahora comienza su aventura en Gerli, dirigiendo a El Porvenir, que actualmente transita con más penas que glorias en la Primera C.
En charla mano a mano con La Unión, el entrenador expresó sus deseos de transpolar su importante experiencia como futbolista y poder cambiar el rumbo de un equipo que deambula por el fondo de la tabla de posiciones.
- ¿Cómo fue tu llegada al club?
- Me llamaron y me preguntaron si quería dirigir. Primero me asesoré. Estaba en duda por los comentarios de lo que había pasado (apuestas clandestinas), hablando con compañeros y amigos del fútbol, tomé la decisión de dar comienzo a este desafío.
- ¿Cómo se trabaja con un plantel que no consigue resultados positivos?
- Primero hay que entender el estado anímico y levantarlo. Y luego, inculcándole al plantel, que de esto se sale con mucha sacrificio y trabajo. Comenzamos el trabajo ordenando la parte defensiva, haciéndole ver a los jugadores que, estando bien parados, de atrás hacia adelante, los goles vendrán solos. Les sugerí a mis jugadores que en cada partido jueguen una final.
En la charla, "Satanás" Páez cuenta que agarró el cargo por cuatro partidos y que luego definirá cómo continúa. "El fútbol argentino es resultadista y, si no te acompañan los mismos, indefectiblemente te tenés que ir. Pero, a su vez, para obtener positividad en este trabajo, debés contar con el sacrificio del plantel y el apoyo de la dirigencia.
- ¿Qué enseñanzas te dejaron los entrenadores que tuviste en tu carrera?
- Tuve a Menotti, Gregorio Pérez, Enzo Trossero, el Tolo Gallego, entre otros. Y de todos ellos me quedaron enseñanzas de su metodología de trabajo, que son experiencias que quiero aplicar con este plantel. Es importante estar bien parado, jugar con inteligencia, cuando tenemos posesión de pelota y cuando esto no ocurre la recuperación debe ser rápida para evitar sobresaltos.
- ¿Cómo ves la competitividad del torneo?
- Parece una categoría muy competitiva. Creo que con el pasar de los años fueron progresando todas: la B Nacional, la B Metropolitana y la Primera C. Hoy en día cualquier equipo le puede hacer frente a cualquiera, ya sea de mayor o menor categoría. El espejo de esto es la Copa Argentina.
- Como jugador pasaste por el Hapoel de Tel Aviv. ¿Qué diferencias encontraste con relación al fútbol argentino?
- Es diferente el juego. Se asemeja al europeo o al inglés. Es un juego rápido, las canchas son un billar. Los estados son de capacidad reducida. Tuve la suerte de participar de la Copa UEFA estando en Israel.
- ¿Qué fue lo que llevó a dejar de jugar?
- Lo mío fue muy rápido. Tenía 42 años y estaba jugando en el Federal B, con Sol de Mayo tuve la suerte de ascender al Argentino A. Por problemas de índole personal, me vi en la obligación de tener que abandonar. Y hoy no me arrepiento. La verdad no extrañé para nada la competición. Estuve alejado un tiempo del ambiente del fútbol. Me reinserté nuevamente por mi hijo. Una vez que tomás contacto nuevamente con el ambiente, comencé ayudando a los chicos en el Deportivo Merlo. Se dio esta posibilidad de El Porvenir. Anteriormente, con Cristian Tabio, estuvimos trabajando en el SAT, en la Liga de Luján.
- ¿Tuviste la posibilidad de ver las inferiores?
- No pude aún. Pero comenzaré por analizar a la Reserva, para luego ir viendo las distintas categorías con las que cuenta el club. Para, de esta forma, ver el potencial existente a fin de poder darle posibilidad a aquellos chicos que estén en condiciones de explotar.