RECUERDOS El monumento al General en el corazón de la Plaza Grigera fue para muchos lomenses el vínculo con aquellas celebraciones.
El pasado miércoles 25 festejamos otro aniversario -el número 112- de la Revolución de Mayo, una de las fechas patrias más importantes de nuestra historia. Ese día de 1810 se inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino a partir de la conformación del primer gobierno patrio, que terminaría en la proclamación de la independencia unos años después, el 9 de julio de 1816.
En mi caso, como lomense, es imposible no asociar esta fecha con la infancia, donde los actos escolares nos remiten a la esencia de nuestro apego por lo nacional. Por eso cada 25 de Mayo me recuerda los madrugones, el delantal inmaculado, la escarapela y el chocolate bien caliente para mitigar el frío que generalmente acompañaba esta época del año. Esa fecha patria está muy ligada a mi escuela, el Normal de Banfield, donde con mis compañeros entrañables y mis maestras inolvidables participábamos de esos actos educativos.
Tampoco puedo olvidar los festejos que se hacían en la Plaza Grigera de Lomas, el paseo público por excelencia de nuestra ciudad. Los actos se hacían alrededor de ese magnífico monumento al Padre de la Patria, el general José de San Martín. Una estatua ecuestre que rinde homenaje a la memoria sanmartiniana en el corazón de Lomas de Zamora.
La obra fue del ingeniero y escultor bonaerense Angel Eusebio Ibarra García. Para este hombre, el arte formaba parte del paisaje urbano y con esta premisa embelleció numerosos lugares y plazas del país, con esculturas de un alto valor estético. El 4 de junio de 1946 fue erigido en la Plaza Grigera, junto a un retoño de un pino de San Lorenzo. Finalmente, el 20 de octubre de 1946, durante el gobierno del general Juan Domingo Perón, en un acto multitudinario quedó inaugurado el monumento más importante de nuestra ciudad.
La obra consta de un pedestal y una estatua ecuestre. Esta última, original y única en el país, tiene una altura de 4,50 metros y está fundida en bronce. Se apoya en un basamento de mampostería, revestido en mármol blanco, nacional, pulido, cuya altura llega a los 6,50 metros. Así, la altura total del monumento llega a los 11 metros.
De esta forma quise recordar un lugar, un rincón de Lomas, muy asociado a las fechas patrias. El monumento al General San Martín en el corazón de la Plaza Grigera fue para muchos lomenses el vínculo con aquellos festejos y celebraciones de fechas como las del 25 de Mayo o el 9 de Julio. Ojalá ese sentimiento siga vigente en nosotros. Hasta la semana que viene.