DE PUÑO Y LETRA En medio del clima del censo, que trajo la novedad del autorreconocimiento étnico, entre otras, viajamos hasta el 1500 para conocer más de nuestra historia.
Y pasó otro censo, nomás. Después de casi 12 años, otra vez nos quedamos en casa para responder algunas preguntas y conocer más sobre nuestra identidad, nuestros orígenes, nuestra diversidad, nuestras debilidades y nuestras fortalezas como país. Los resultados finales estarán dentro de un año y medio, pero antes irán saliendo informes preliminares.
Una de las novedades de este censo 2022 tiene que ver con la ampliación del alcance de la pregunta sobre el autorreconocimiento étnico para personas que se reconocen afrodescendientes o descendientes de pueblos indígenas u originarios. Es importante para traer a la luz a poblaciones que fueron históricamente invisibilizadas en nuestro país.
Aunque mucho nos enseñan en la escuela sobre los pueblos originarios que habitaban la Argentina antes de la conquista, muy poco se sabe acerca de las comunidades que ocupaban exactamente lo que hoy es nuestro partido. Me refiero, claro, a las tribus que caminaban por el mismo lugar que lo hacemos nosotros, todos los días. Nuestros vecinos de otra época.
La diezmada tribu de Telomián Condié vivía rudimentariamente y se sustentaba de la caza y la pesca, que abundaba tanto en el río de La Matanza como en las lagunas aledañas y, claro, en nuestro arroyo del Rey.
Primero hay que retroceder al menos hasta 1580. En aquellos años, cuando Juan de Garay fundó Buenos Aires, la región estaba habitada por las tribus (nómades) de un cacique llamado Telomián Condié. Los conquistadores españoles, al igual que lo hicieron en el resto de América, se quisieron quedar con sus territorios. Aquí también hubo derramamiento de sangre: el momento culminante fue en el desigual y sangriento combate de La Matanza, librado a orillas del río, cuyo desenlace a favor del ejército de Garay dio origen al nombre de ese curso de agua. Aquella batalla provocó el destierro de los sobrevivientes y su cacique hacia el norte, la actual Mesopotamia y el sur del Brasil.
La diezmada tribu de Telomián Condié vivía rudimentariamente y se sustentaba de la caza y la pesca, que abundaba tanto en el río de La Matanza como en las lagunas aledañas y, claro, en nuestro arroyo del Rey. Influenciados por las tribus guaraníes del Litoral, aquellos pueblos cazaban guanacos y ñandúes con boleadoras y pescaban con redes. Debido a la escasez de agua, tomaban la sangre de las presas y comían las raíces de los cardos.
Pero ellos no eran los únicos habitantes de la zona. Los tehuelches del norte también radicaron algunas aldeas en lo que hoy conocemos como Lomas. Estos indios se caracterizaban por andar desnudos, por tener sus cuerpos completamente depilados, por sus calzados de piel cubiertos de pastos por dentro para contrarrestar la humedad y por su altura superior a la media. Los españoles los bautizaron Patagones. Por los materiales hallados por historiadores cerca del Riachuelo también se pudo establecer que en otras épocas también poblaron esta zona los guaraníes. Un poco más sobre nuestra historia.