A CORAZÓN ABIERTO La lomense Sara Albarracín contó cómo su abuelo luchó fervientemente por la protección de los animales, en un trabajo en conjunto junto a Sarmiento.
El Día del Animal se celebra en Argentina todos los 29 de abril gracias a Ignacio Albarracín, el promotor de la primera Ley Nacional de Protección de Animales (Nº 2786), quien justamente también falleció el mismo día, en 1926. La lomense Sara "Yaya" Albarracín (90) es nieta de Ignacio y revivió la historia familiar, el trabajo junto a Domingo Faustino Sarmiento en la creación de la Sociedad Argentina Protectora de Animales y la relación estrecha de su abuelo con Lomas, a tal punto de que sus restos descansan en el Cementerio de la localidad.
"Mi abuelo Ignacio Lucas Albarracín era de una familia de San Juan, aunque nació en Córdoba. Se radicó en Buenos Aires y se recibió de abogado, donde también se relacionó con su tío Domingo Faustino Sarmiento, ya que era primo de su papá Santiago", empezó a relatar "Yaya" acerca de la importancia de sus antepasados en la historia nacional.
Al estar en permanente contacto con Sarmiento, quien tenía muchísimas ideas de progreso y de educación, Ignacio comenzó a interiorizarse en la enseñanza e instrucción de los animales ya que "no debían ser inferiores y había que protegerlos de los maltratos".
"Junto a Sarmiento y otros integrantes, como Mitre, crearon en 1879 la Sociedad Argentina Protectora de Animales. Domingo fue el presidente y mi abuelo el secretario, quien además ponía su casa, en Paraguay al 1000 en Capital, para hacer las reuniones", reveló la nieta de Ignacio.
En 1885, Albarracín quedó como presidente de la Sociedad Argentina Protectora de Animales, cargo que ocupó hasta su muerte. Así dedicó gran parte de su vida a la protección de los animales y al cumplimiento de sus derechos.
En 1885, Albarracín quedó como presidente de la Sociedad Argentina Protectora de Animales. Dedicó gran parte de su vida a la protección de los animales y al cumplimiento de sus derechos.
"Mi abuelo solía veranear seguido en Lomas. Alquilaba la Quinta de Avellaneda y también la Quinta Las Violetas, sin descuidar su trabajo como proteccionista animal", admitió Albarracín.
Sara contó que en 1907 su abuelo gestionó con Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación, la celebración de la Fiesta del Animal y tomó como día el 29 de abril. El festejo se desarrolló al año siguiente (llevado a cabo el 2 de mayo, ya que había sido suspendido por lluvia) en el Zoológico de Buenos Aires con la presencia del entonces presidente de la Nación, José Figueroa Alcorta.
Sara contó que, en 1907, su abuelo gestionó con Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación, la celebración de la Fiesta del Animal y tomó como día el 29 de abril.
"Ignacio luchó mucho contra la riña de gallos, las corridas de toros y el tiro a la paloma. Era una figura muy popular", dijo Sara, quien trabajó por más de 50 años como bibliotecaria, desempeñándose en la Biblioteca Mentruyt y la Biblioteca José María Gutiérrez, además de la Biblioteca del diario La Prensa.
EL PROTECCIONISMO A FLOR DE PIEL
Sara reveló una anécdota que tuvo como protagonista a su abuelo y a la mismísima infanta de España, Isabel de Borbón. En 1910, en el Centenario de la Revolución de Mayo, Isabel visitó el país y quisieron homenajearla con una corrida de toros, aunque ya estaban prohibidas por ley. "Mandaron una carta a la Sociedad Argentina Protectora de Animales para pedir permiso, por única vez, de hacer una corrida de toros, y un monto de donación en caso de aceptar la petición. Mi abuelo se negó rotundamente al pedido", resaltó.
Albarracín partió físicamente, justamente, un 29 de abril. "Ese día, el diario Crítica le hizo una nota muy extensa y emotiva. Él ya había tenido un infarto el año anterior y pudo reponerse, pero en 1926 y antes de que termine el Día del Animal, falleció en Lomas, en la calle Boedo al 400", contó, e inmediatamente agregó: "Mucha gente piensa que el Día del Animal es en homenaje a la muerte de mi abuelo, pero lo cierto es que él ya lo había instaurado en vida. Más que una casualidad, su partida fue una causalidad".
Falleció en Lomas, en la calle Boedo al 400. Mucha gente piensa que el Día del Animal es en homenaje a la muerte de mi abuelo, pero lo cierto es que él ya lo había instaurado en vida. Más que una casualidad, su partida fue una causalidad.
"El día de su muerte, tuvimos la presencia de autoridades nacionales. Sus restos descansan en el Cementerio de Lomas, donde hay una especie de monumento, y en el 2015 inicié gestiones en el Municipio para que el lugar sea declarado Monumento Histórico, eso me dejaría muy tranquila", cerró.
Lomas aún hoy recuerda y homenajea al abogado y a todo su trabajo por los animales: La Escuela Nº32 de Temperley lleva su nombre, al igual que el Hospital de Mascotas, mientras que también existe la calle Albarracín, que es la continuación de Pozos.