A 76 AÑOS DE SU NACIMIENTO El Gitano llegaba a este mundo el 19 de agosto de 1945. "Gracias al rock dejé las calles, las navajas y las cadenas, y agarré una guitarra", dijo alguna vez.
"Yo no nací. A mí me trajo una bandada de gorriones y me depositaron en el vientre de mi madre", aseguró Sandro, con su chispa habitual, en una entrevista.
Al margen de la poética explicación, Roberto Sánchez realmente nació en la maternidad Sardá, en el barrio porteño de Parque Patricios el 19 de agosto de 1945, hace 76 años.
El Registro Civil no respetó el nombre elegido por sus padres, al considerarlo absurdamente como "extranjerizante". Como Plan B sus progenitoras le pusieron Roberto, como Roberto Escalada, el galán en boga en esa época.
Hijo de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo, la familia vivió en Valentín Alsina, enclave netamente fabril y proletario en aquellos días y en un hogar donde no sobraba casi nada, pero donde había inventiva.
"Nosotros vivíamos en una pieza y compartíamos con los vecinos del yotivenco la cocina, la pileta del patio y el baño. Claro que éramos pobres. Pero mi viejo fue tan sabio que me hizo mi propia habitación dentro de la zapie. Era un espacio de un metro y medio por un metro y medio que me enseñó lo que es tenerlo todo en la nada", dijo en una oportunidad sobre la casa de inquilinato que habitaban en Tuyutí 3016.
El pequeño Roberto fue la primaria en la Escuela ? 3 República de Brasil, en la calle Presidente Juan Domingo Perón 3018, de Valentín Alsina, y en un acto imitó a Elvis Presley.
La historia cuenta que tenía que hacer un fonomímica sobre una canción de su ídolo, pero el disco dejó de reproducirse por un problema técnico y Roberto completó lo faltaba del tema, en la que fue su primera actuación.
Largó los libros al inicio de la Secundaria para colaborar con su padre en el reparto de vinos y el rock ya corría por sus venas, tanto como su sangre gitana. "Yo me nutrí con el rock. Gracias al rock dejé las calles, las navajas y las cadenas, y agarré una guitarra. Dejé la campera de cuero y las pandillas. El rock me salvó. Me salvó de que fuera quizás un delincuente", recordó en una entrevista.
Empecé con sus primeros grupos juveniles en los '60 y comenzó a ganar popularidad con Los de Fuego, donde escandalizaba a la moralina imperante con su vestuario y con sus movimientos pélvicos.
Sus presentaciones en televisión aumentaron este furor y Sandro se convirtió en un ídolo en abrir y cerrar de ojos, y la masividad no tardó en llegar.
El rock & roll fue perdiendo lugar en su repertorio, aunque nunca lo abandonó, y en su carrera en solitario supo transformarse en un notable baladista y está metamorfosis exportó su música a todo el continente.
Sandro también irrumpió en el cine con una serie de taquilleras películas, que funcionan como excusa para promocionar los discos, y que se siguen repitiendo con gran frecuencia en el cable y en la televisión abierta.
Protegiendo su vida privada y su intimidad y sin necesidad de protagonizar escándalos mediáticos como estrategia promocional, Sandro encontró su lugar en el mundo en su casona de Banfield. Ahí era Roberto y también era su propio refugio donde sólo entraban contados amigos.
Grabó más de 50 discos, al margen de los múltiples compilados, y protagonizó largas series de conciertos en las salas céntricas, mientras que también optó por guardarse por algunas temporadas.
El 16 de mayo de 2004 Sandro salió a escena en el Teatro Gran Rex, en plena calle Corrientes, en su última presentación en vivo y sin saber que era la despedida ante su público. Falleció el 4 de enero de 2010.