A los 44 años El Laucha arribó a Adrogué en 2015, año que coronó con el ascenso. Se hizo amo y señor del arco y hoy el hincha lo reconoce y lo lleva a la categoría de ídolo.
Martín Rubén Ríos, o el Laucha, como se lo conoce en el ambiente del fútbol, cumplió 200 partidos defendiendo el arco de Brown de Adrogué. Y el festejo fue doble, porque ese día el Tricolor venció a Guillermo Brown por 3-0 en Puerto Madryn. Ante All Boys, sumó uno más.
Ríos llegó a Adrogué en 2015 a ocupar el arco que la temporada anterior había defendido Fernando Otarola. Y su arribo vino con un título bajo el brazo, porque a lo largo de 42 interminables fechas, el equipo de Pablo Vico ascendió a la B Nacional (hoy Primera Nacional) luego de vencer a Deportivo Morón por 2-1 en el estadio Francisco Urbano.
A partir de ese momento, y con el correr de los años, el oriundo de Arrecifes construyó un idilio con el hincha de Brown, que lo tiene como a uno de sus hijos predilectos a través de la historia.
"Siento mucha alegría, contento de poder seguir perteneciendo a este gran club. Agradecido de por vida por la oportunidad que me brindaron todos estos años", expresó el arquero que acaba de cumplir 44 años en diálogo con La Unión.
Ríos dice que 200 no es un número más. Pero que si alcanzó esa cifra es porque trabajó y rindió como esperaban de él. "Lo vivo muy intensamente, no pienso en el tiempo que estoy en Brown. Me ha tocado jugar una gran cantidad de partidos y todos son parte, cuerpo técnico, dirigentes, compañeros, la gente del club. Me siento como en casa por lo que he vivido y lo que estoy viviendo. No tengo más que palabras de agradecimientos", afirmó el "1" del Tricolor.
Voy a dejarlo todo, mejorando cuando me equivoque. Hay que disfrutar y después se verá. Soy uno más dentro de un grupo que tiene las mismas ilusiones de llegar a final de temporada peleando objetivos
El ascenso de 2015 y el triunfo por penales frente a Independiente en el estadio de Lanús por Copa Argentina en 2018 son dos de los mejores recuerdos del Laucha entre otros partidos importantes desde que llegó a Brown. "El primer año fue hermoso, venía de estar en Estudiantes y no pretendía llegar tan alto. Pero se dio. Conocía muy bien el club por comentarios de colegas y los planteles siempre se caracterizan por contar con buena gente. A partir de eso se afianzan los grupos y se consiguen los objetivos", manifestó Ríos.
A su edad, no se le pasa por la cabeza dejar el arco. Cada día es una motivación extra para seguir adelante. "El día a día me marca para continuar con ganas, siempre se aprende por más años que uno tenga. Los compañeros te contagian. Voy a dejarlo todo, mejorando cuando me equivoque. Hay que disfrutar y después se verá. Soy uno más dentro de un grupo que tiene las mismas ilusiones de llegar a final de temporada peleando objetivos. Hay que estar en cada detalle, seguir sumando y poder llevar a Brown lo más alto que se pueda", finalizó.