La historia de la librería de Temperley que funciona en un edificio del siglo XIX

TUVO QUE AGGIORNARSE El comercio abrió sus puertas en 1952. Antes era un bar de ramos generales, que trabajaba mucho gracias al Hipódromo.

Eguiar empezó a funcionar en 1952. Su edificio es del siglo XIX.

Es una librería comercial, con todo lo que necesitan los alumnos de primaria, secundaria y las técnicas. Pero, además, tiene una rica historia arquitectónica: el edificio donde funciona la librería Eguiar data de fines del siglo XIX y el comercio propiamente dicho comenzó a funcionar en 1952. Jorge Fernández, hijo del segundo dueño y quien mantiene vivo el legado, contó cómo cambió su trabajo a lo largo del tiempo y  recordó al Hipódromo de Temperley, que funcionaba enfrente de donde se encuentra la librería.

"La librería original, con los anteriores dueños Eguiguren y Arregui, se abrió en enero de 1952 y de ahí surgió el nombre. Mi papá fue el que le compró el fondo de comercio, en octubre de 1958, y yo la heredé", empezó a contar Jorge Fernández sobre los inicios del emblemático local.

La librería original, con los anteriores dueños Eguiguren y Arregui, se abrió en enero de 1952 y de ahí surgió el nombre. Mi papá fue el que le compró el fondo de comercio, en octubre de 1958, y yo la heredé.

Pero el comercio no es el único que tiene una rica historia en Lomas, sino que el edificio donde se encuentra la librería (Eva Perón 598, esquina Solís) data de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. "Este espacio funcionaba como bar de ramos generales, como se utilizaba en aquella época. Trabajó mucho gracias al Hipódromo de Temperley, que funcionó hasta 1927 y luego cerró", dijo Jorge sobre uno de los atractivos más importantes de Temperley en aquella época y del que tiene grandes recuerdos.

Inmediatamente detalló: "El hipódromo tenía varias puertas: por Solís ingresabas a los studs, por Colón era el acceso a la popular y sobre la calle Almirante Brown entraba la gente adinerada".

"Al hipódromo venían distintas personalidades, como Carlos Gardel. Según tengo entendido, lo cerraron porque les sacaba clientela a los hipódromos de Capital Federal y La Plata", explicó.

Este espacio funcionaba como bar de ramos generales, como se utilizaba en aquella época. Trabajó mucho gracias al Hipódromo de Temperley, que funcionó hasta 1927 y luego cerró.

Escolar, comercial, artística y técnica, además de elementos tecnológicos, son los rubros en los que se desenvuelve la Librería Eguiar. "Antiguamente éramos los únicos fotocopiadores de la zona, pero actualmente ya hay más lugares. Ahora cambió la manera de estudiar de los chicos porque las impresiones ya no son tan importantes, eso transformó nuestra labor", comparó Jorge sobre sus comienzos y el trabajo hoy en día, en pleno siglo XXI.

Antiguamente éramos los únicos fotocopiadores de la zona, pero actualmente ya hay más lugares. Ahora cambió la manera de estudiar de los chicos porque las impresiones ya no son tan importantes, eso transformó nuestra labor.

Fernández admitió que se tuvo que adecuar a las nuevas tecnologías para poder trabajar y comprender a los jóvenes: "Hay veces que me traen archivos para descargar desde el celular o la computadora, o apuntes para imprimir que tienen en el WhatsApp. Fue un aprendizaje para mí".

La librería está abierta de lunes a viernes, de 9.30 a 13 y de 16 a 19, mientras que los sábados funciona de 9.30 a 13. 

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