mundos personales Este auto, tan económico como cumplidor, apareció en una viñeta y con un filoso mensaje a cuestas.
"Es uno de los pocos autos en los que lo importante sigue siendo la persona", le espeta Mafalda a Miguelito, luego de que el niño con cabellera de lechuga le cuestione el modelo sencillo de automóvil que escogió el padre de la chica que odiaba a la sopa.
El vehículo en cuestión es un Citroën 2 CV, un modelo económico (hoy esto se denominaría con el eufemismo de "baja gama") de origen francés que fue un furor en gran parte del mundo y también en la Argentina y que sigue manteniendo una fiel legión de nostálgicos seguidores, incluso hasta a muchos coleccionistas.
A través de esta viñeta, Quino (aunque en palabras de Mafalda) con su habitual filosa ironía les aplica un duro correctivo a aquellos que ven en un vehículo a un objeto para lograr un mayor status y que por eso menosprecian a un auto poco elegante, aunque cumpla con la vital función de llevar y traer a sus ocupantes de un sitio a otro.
El que recibe la lección de Mafalda es ese pequeñín, que nunca se olvida de resaltar el culto que su abuelo tiene por Benito Mussolini. Pero la respuesta que recibe ese chico va dirigida en realidad para varios adultos y Quino se los hace saber con certera elegancia.
Este Citroën aparece en varias viñetas de la tira y en todas las exposiciones que le rinde tributo a esta historieta es parte de los objetos que acompañan a los personajes y hasta es un objeto de culto, como el globo terráqueo de Mafalda.
Fue en el período de entre guerras, con una Europa sumida en la tensión del crecimiento nazi alemán, de las disputas entre países y de las relaciones gubernamentales a punto de estallar, cuando a Citroën se le ocurrió la idea de lanzar un vehículo para el pueblo francés.
Un auto que fuera capaz de hacer frente a todo, pero que al mismo tiempo fuera sencillo en su construcción y mantenimiento, así como accesible para todo el mundo.
Luego de algunos prototipos y de modelos de prueba, el 2 CV salió a la venta en 1948 y se siguió produciendo hasta 1990.
En ese largo lapso, se fabricaron casi 5 millones y esa cifra se incrementa si se suman los del modelo Forgoneta. Quizá, uno de los más recodados de esa multitud sea el del papá de Mafalda.