Audiencia 24 Pablo Díaz, sobreviviente de La Noche de los Lápices, declaró en el juicio y dio detalles sobre el funcionamiento del centro clandestino.
Pablo Díaz, sobreviviente del Pozo de Banfield y de La Noche de los Lápices, declaró este martes en el juicio por crímenes de Lesa Humanidad cometidos en el centro clandestino de detención durante la dictadura cívico-militar.
Con mucho detalle y momentos de profunda emoción, Díaz habló sobre el funcionamiento del Pozo y las diferentes situaciones que vivió allí. "Tenía un pabellón adelante donde se sentaban los guardias y después se prolongaban dos pabellones a lo largo con baños al final. Calculo que podía haber entre 10 y 15 calabozos en los que estuvimos muchos adolescentes y mujeres embarazadas en estado avanzado", recordó.
El 21 de septiembre de 1976, fecha conocida como La Noche de los Lápices, fue secuestrado y llevado al Pozo de Arana en el que sufrió torturas e interrogatorios. Luego lo trasladaron al Pozo de Banfield, donde compartió cautiverio con varias personas que continúan desaparecidas. "En la primera semana estuve sin comer nada. Dormíamos en el piso y hacíamos nuestras propias necesidades ahí porque no nos abrían las celdas. Tenía sed y llegué a tomar orina", contó Pablo, y agregó: "Después nos daban comida una vez por día, sacaban al pasillo y nos trataban de asquerosos por lo que habíamos hecho en la celda. Los guardias decían que no tenían por qué cuidarnos y que no era un hotel".
Hubo días en los que dormían en el piso, con algodones en los ojos pegados con cinta y una soga al cuello. "El tiempo era relativo porque no sabíamos si era de día o de noche. Nos sacaban desnudos a los baños y los veía a todos muy deteriorados", expresó Díaz.
Pablo compartió celda con Gabriela Carriquiriborde, trabajadora de IOMA desaparecida que tuvo a su bebé en el Pozo. "La estuve cuidando en los últimos cuatro días antes de que entrara en trabajo de parto", afirmó. También estuvo con Claudia Falcone, otra de las adolescentes de La Noche de los Lápices; y Stella Montesano, quien dio a luz a Martín Ogando Montesano (nieto recuperado 118).
"Casi a finales de diciembre de 1976, una noche hubo un movimiento grande en el Pozo de Banfield. Nos tiran en los fondos del pabellón y, de repente, empiezan a subir gente por los escalones gritando, y supimos que estaban pasando por lo mismo que nosotros cuando llegamos", relató Díaz, y luego agregó: "Eran ocho o nueve, entre ellos Cristina Navajas de Santucho que cuenta que estaba embarazada. A Claudia (Falcone) la ponen con ella para cuidarla. Llega Navidad, se oyen las bombas de estruendo y los guardias festejan. Esa noche Claudia me cuenta que había sido violada".
En sus días como detenido reconoció y tuvo trato con el médico policial Jorge Bergés. "Estaba permanentemente en el Pozo y se ocupaba de las embarazadas. Para él eran una joya a las que debíamos cuidar porque tenía sumo interés en que tuvieran familia. No les importaba la madre, sino el chico", remarcó.
Qué horror, qué dolor, sáquenle la prisión domiciliaria a los represores y entiendan que el de Lesa Humanidad es el peor crimen en el mundo.
También escuchó nombrar a Juan Miguel Wolk. "Estaba a cargo del Pozo y le decían 'El Patón'. El 28 de diciembre me sacan y dicen que un Mayor del Ejército tiene algo que decirme: 'Al final se decidió que vas a vivir, te pasamos al PEN (Poder Ejecutivo Nacional)'", señaló Pablo, quien luego estuvo en la Brigada de Investigaciones de Quilmes y en la Unidad Penal N°9 de La Plata.
UN PEDIDO CONTUNDENTE
En el cierre de su testimonio, Pablo Díaz reclamó que se les quite el beneficio del arresto domiciliario a los represores. "Qué horror, qué dolor, sáquenle la prisión domiciliaria a los represores y entiendan que el de Lesa Humanidad es el peor crimen en el mundo. Ojalá no haya otros 37 años de espera", exigió, y agradeció "haber sido adolescente cuando fue víctima porque le permite hoy poder testimoniar".
El juicio por los crímenes en el Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y la Brigada de Lanús incluye a 442 víctimas, entre ellas 18 embarazadas y siete niños nacidos en cautiverio. Son 18 los represores juzgados por el Tribunal Federal N°1 de La Plata.
Los martes, desde las 9.30, las audiencias se transmiten por los canales de Youtube del Poder Judicial de la Nación y de La Retaguardia.