Mundos personales Un recorrido por la vida y la obra de esta notable artista argentina que marcó a varias generaciones.
Poeta, juglaresa, folclorista, intelectual, feminista, María Elena Walsh fallecía el 10 de enero de 2011, a sus 80 años en el Sanatorio de la Trinidad después de una prolongada internación.
Sus restos fueron velados en la sede central de SADAIC y la inhumación se realizó en el panteón de la entidad en el Cementerio de la Chacarita,3 en el cual el músico argentino Eduardo Falú le dedicó unas palabras de despedida.
Es un nombre mitológico en la cultura argentina: su cancionero popular transformó la canción infantil, sus años en dupla con Leda Valladares aportaron mucho a la puesta en valor del folclore, y su poesía, tanto para niños como adultos, fundó un lenguaje audaz y sensible cuyas lecturas no pierden vigencia generación tras generación.
A María Elena Walsh las etiquetas no le encajan, su mundo artístico va del folclore tradicional, a la nueva canción, pasando por la literatura infantil con títulos como "Dailan Kifki" traducido a diez idiomas; obras de teatro, libretos para televisión, conciertos para adultos y chicos; novela, artículos periodísticos. Aunque prolífica y variada, hay en ella una marca que las atraviesa: la poesía.
Hija de un padre de ascendencia inglesa e irlandesa y una madre, criolla y andaluza, la poeta nació el 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, y creció bajo la presión del rigor escolar en plena década infame pero, puertas hacia dentro, en un hogar que creía en valores de libertad.
A los 14 años empezó a publicar poemas en La Nación, Anales de Buenos Aires o en Sur bajo la dirección de Victoria Ocampo, con quien entabló una amistad, tal como repone el libro "En la casa de Doña Disparate" que reúne correspondencia y artículos que publicó en Sur, acentuando sus diferencias con la casta política de escritores que también escribían allí.
Su primer libro de poesía, "Otoño imperdonable" (1947), obtuvo el segundo premio municipal de poesía y fue celebrado por figuras como Pablo Neruda y Juan Ramón Jiménez, quien la invitó a pasar una temporada en Maryland, Estados Unidos. Tres años después, de regreso en Buenos Aires, lanzó "Baladas con Ángel".
Así como la poesía nacía, las tablas, ese escenario que empezó a transitar en los clubes nocturnos de París cuando se fusionó con Leda Valladares en un dúo pionero que las hizo recorrer Europa rescatando música tradicional del norte argentino.
En la década del 60, aparecieron muchos de sus libros para niños, como "Tutú Marambá" que este año celebra seis décadas de su publicación, "Zoo Loco", "El Reino del Revés" o "Dailan Kifki", que con motivo del aniversario serán reeditados por el sello Penguin Random House, cuya planificación incluye el relanzamiento de gran parte de su producción literaria.