Maestro Ciruela La exitosa actriz protagonizó un sinfín de personajes, incluido el de una profesora en "La sonrisa de Mona Lisa".
La docencia y las instituciones educativas fueron y siguen siendo los temas principales de un sinnúmero de películas en Argentina y cualquier rincón de mundo.
Están aquellas que es mejor olvidar, otras que abundan de los clichés y los lugares comunes y una nutrida cantidad que vale la pena ver y volver ver varias veces más.
En esa categoría se mete "La sonrisa de Mona Lisa", dirigida por Mike Newell y estrenada allá por 2014, con el protagónico de Julia Roberts.
Para algún desprevenido, "Mona Lisa Smile" (en su versión original), acerca al espectador a la profesora de historia del arte recién licenciada en Berkeley, Katherine Watson, quien comienza a impartir clases en esta materia en la universidad de Wellesley.
La institución es un prestigioso centro de señoritas situado en Nueva Inglaterra, famoso por su disciplina y conservadurismo, durante el curso de 1953.
Hasta ahí, no era más que una joven docente que se enfrenta a un nuevo trabajo pero el conflicto no se iba tardar en desatarse, en especial por un choque de modelos.
El choque entre los valores progresistas de Katherine y los defendidos en su nuevo centro, donde las alumnas son preparadas, básicamente, para cumplir la función de esposas y madres subordinadas a los intereses de sus maridos, complicará la situación de la señorita Watson, aunque esto no le impedirá luchar por cambiar las cosas desde los pupitres.
La película transcurre en los Estados Unidos de la década de 1950, un periodo donde se gestaron las transformaciones sociales que se materializaron en revoluciones unos años después; transformaciones que conllevaron notables esfuerzos para personas progresistas como la profesora Watson.
Estados Unidos acababa de salir de la guerra de Corea (1950-1953), el miedo al comunismo era palpable y sus seguidores eran perseguidos, tanto en los círculos artísticos como industriales, muchas veces de forma impulsiva.
Esta persecución se daba, en gran medida, a la tensión social generada a raíz de los discursos del senador Joseph McCarthy, férreo perseguir de las ideas y militantes de izquierda.
Es el año 1953. Katherine Watson se muda desde California hasta Wellesley donde ejercerá como profesora de historia del arte de una universidad femenina de mucho prestigio. Una de las mejores en todo el país.
La profesora está inquieta por empezar las clases y se muestra muy entusiasmada por la rebeldía y la inquietud que espera encontrar en estas mujercitas de clase alta; sin embargo, descubrirá con cierta decepción que el conformismo, al igual que en las clases más bajas, afecta a muchas de ellas.
En una sociedad donde el mayor logro de una mujer es conseguir casarse con un marido guapo y con dinero, será muy difícil hacer cambiar la mentalidad de las jóvenes alumnas.
Cuando Katherine convence a sus alumnas a pensar por sí mismas, se enfrenta con las facciones más conservadoras del profesorado y del alumnado, incluida una de sus estudiantes.
De todos modos, algunas de sus alumnas escuchan sus palabras y las toman como ejemplo a seguir.
Una vez Julia Roberts se metió en una institución educativa y valió la pena que lo haga.