José Serrizuela, y el lazo que lo unió a Diego en Italia 90

Recuerdo especial  "Fue el gran capitán, un fenómeno afuera de la cancha, muy justo con sus compañeros y un tipo que siempre peleaba por nosotros", le dijo meses atrás a La Unión.

Serrizuela, a la izquierda; Maradona, a la derecha.

José Tiburcio Serrizuela fue uno de los compañeros que tuvo Diego Armando Maradona en el Mundial de Italia 90, en ese torneo en el que padeció una dura lesión en el tobillo pero que no le impidió llevar la camiseta de la Selección Argentina nuevamente a la final de un Mundial, y por eso fue parte de uno de los momentos dorados del Diego con la celeste y blanca.

Si bien esta vez, a diferencia de lo que sucedió en México 86, el título quedó a manos de Alemania, lo hecho por este combinado nacional quedó grabado para siempre en el recuerdo de los hinchas. Serrizuela, formado en las Inferiores de Los Andes y hoy integrante del Consejo de Fútbol, fue testigo privilegiado de esa gesta y en una entrevista que le concedió a Diario La Unión a mitad de año habló de lo que fue Maradona para ese equipo.

 "Afuera de la cancha, un fenómeno, el gran capitán, muy justo con todos los compañeros y un tipo que siempre peleaba por nosotros. Un fenómeno como persona y como jugador. Compartir vestuario y cancha con él fue algo espectacular. Una gran persona", había señalado en esa entrevista, en la que hablaba sobre su carrera y celebraba los 30 años del sub-campeonato del Mundial 90.

"Y en el campo de juego, ¿qué puedo decir? Nosotros lo estábamos esperando, teníamos la ilusión de que tenga el mismo nivel que en el 86, pero por las lesiones no pudo estar tan brillante como en aquel Mundial. Pero un día apareció. Con Brasil, en esa jugada del gol, mostró todo, se sacó de encima a tres rivales y en el piso, y con la derecha, le dio el pase a Caniggia para que haga el gol. Ése fue un mensaje para Yugoslavia, Italia y Alemania. Eso nos emparejó el trámite los siguientes partidos, lo empezaron a marcar con dos o tres futbolistas y eso nos abrió muchos espacios", agregó. 

Dentro de las anécdotas, hay una que marca cómo era el Diego dentro de una concentración: la lesión en el tobillo. Maradona, en ese Mundial, no estuvo al 100% de sus posibilidades, pero nunca dejó que sus compañeros se enteraran de ese problema y siempre se mostró como si nada pasara. Así era el pibe que se crió en Fiorito y brilló con la pelota de fútbol.

"Diego trató de tapar todo lo que pasaba con su tobillo. Si bien se veía algo, el tratamiento lo hizo alejado de nosotros, no quería que nos enteremos, él quería dar la impresión de que estaba 10 puntos. Como capitán, hasta eso escondía para darnos seguridad. Un fenómeno en todo sentido", comentó.

"Los tratamientos los hacía en su pieza, el único que seguramente sabía era el "Checho" Batista, que era su compañero. A nosotros nos lo ocultaba. Y me parece bárbaro. Para nosotros, él estaba entero y ésa era la imagen que daba", continuó. 

Por último, a lo largo de esa nota, también habló sobre una situación que lo sorprendió y que le permitió dimensionar lo que era Maradona. Y eso se dio en la previa al duelo de semifinales ante el local y jugado en Nápoles, donde Diego es idolatrado. "Cuando íbamos del hotel a la cancha, en los balcones se veían banderas de Italia y al lado, siempre, había una imagen de Maradona o un texto escrito con la palabra Maradona. Todos lo amaban. Eso fue increíble", recalcó.

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