Un visionario Héctor Safatle, Licenciado en Política Exterior Argentina, brindó detalles sobre los objetivos de cultivo que tenía el prócer y por qué no pudo desarrollarlos.
Manuel Belgrano fue la primera persona que propuso cultivar cannabis en Argentina. El historiador lomense Héctor Safatle brindó detalles sobre los objetivos que tenía el prócer y por qué no pudo desarrollarlos.
"El cannabis no era explotado en aquel tiempo y Belgrano sabía que con la planta (también conocida como cáñamo) se podían obtener, a través del tallo, telas de una resistencia impresionante para uso doméstico pero fundamentalmente para las velas y cabos de barcos, y también sogas que se utilizaban en la navegación. La nación que dominaba los mares, dominaba el comercio y por ende el mundo entero", señaló Safatle.
Belgrano sabía que con la planta se podían obtener, a través del tallo, telas de una resistencia impresionante para uso doméstico pero fundamentalmente para las velas y cabos de barcos, y también sogas que se utilizaban en la navegación.
Belgrano estudió en Europa, donde fue influenciado por las nuevas ideas de la Revolución Francesa. "Él volvió al Río de la Plata enviado por una Corona española que pensaba que mandaba a un ilustrado para favorecer sus intereses y la realidad es que, cuando llegó acá, Belgrano se dio cuenta que ni la Corona ni las personas que ostentaban cargos públicos y un buen pasar económico (comerciantes, religiosos, políticos, curas y militares) nada hacían para mejorar ni la salud del pueblo ni el beneficio que podía tener cualquier explotación que se hiciera en estas tierras", remarcó Safatle, y agregó: "También era un fisiócrata, que significa el poder de la naturaleza y la agricultura era la riqueza de las naciones para los fisiócratas. El cannabis, oriundo de Asia central donde el clima no es nada fácil, hizo que la planta sea resistente a todo tipo adversidades y se pueda utilizar en cualquier tierra".
Durante el tiempo que fue secretario vitalicio del Consulado de Comercio de Buenos Aires, Belgrano escribió en 1796 una memoria en la que brindó las instrucciones necesarias para la producción. "Fue asesorado por el secretario del Consulado de Chile, Manuel de Salas, que le mandó información sobre los beneficios del cannabis, las semillas que servían y el tiempo que debían durar para producir un buen cultivo. De cientos de años antes de Cristo, era algo que se usaba en Asia para ritos religiosos y tratar diferentes patologías con el aceite y la flor, así que Belgrano también sabía que se podían sacar productos que ayudaran a la medicina en general", detalló Safatle, que es Licenciado en Política Exterior Argentina y vicepresidente de la Asociación Sanmartiniana de Lomas.
Durante el tiempo que fue secretario vitalicio del Consulado de Comercio de Buenos Aires, Belgrano escribió en 1796 una memoria en la que brindó las instrucciones necesarias para la producción de cannabis.
La oposición al proyecto de Belgrano vino desde España. "No pudo hacerlo porque el monopolio que ejercían los comerciantes españoles en Cádiz anulaban cualquier otro desarrollo que se hiciera fuera de la península. El cáñamo se producía España, donde veían como una competencia a lo que podía hacer desde aquí, por eso desde la Corona lo impidieron con la influencia de los comerciantes", expresó Héctor, y destacó que "a los comerciantes de acá tampoco les interesaba porque el negocio era el contrabando".
Sin dudas, su idea visionaria hubiese generado muchos beneficios. "Pensada por una mente brillante, fue una de las primerísimas oportunidades perdidas para nuestro país", indicó Safatle. Qué diría hoy el prócer si supiera que tuvieron que pasar más de 200 años para sancionar una ley que regule el autocultivo medicinal, con todo lo que eso implica.