Entrevista Zoe Manggia, patinadora del Defensores de Banfield y del Municipio de Lomas, habló sobre el paulatino regreso a la actividad en el club y el parque.
Durante 2019, Zoe Manggia fue una de las patinadoras lomenses de mejores actuaciones en su categoría a nivel nacional. El 2020 venía cargado de objetivos a nivel sudamericano y en el país pero la pandemia se entrometió y postergó la agenda. Sin embargo, una actitud híper positiva la mantuvo en línea durante la cuarentena y hoy hace gala del fruto de ese esfuerzo en casa.
Sin la posibilidad de practicar de manera presencial, toda la acción para la joven de 13 años que entrena en el Defensores de Banfield pasó al ámbito virtual. Con Agustina Fernández, la profe del club, participaba de encuentros por Zoom para trabajar cuestiones técnicas del patín mientras que con Mauro Núñez, preparador físico del área de Alto Rendimiento del Municipio de Lomas, ajustaba el cuerpo a través de videos por WhatsApp. A esto, claro está, se sumaban los estudios propios de la escuela, también por la vía virtual.
"En la cuarentena practicamos cosas que, en tiempos normales, no hubiésemos hecho, como la flexibilidad que ayuda mucho o algunas posiciones difíciles. Por ahí cuando estas patinando normal no te la rebuscas tanto y no intentas tantas cosas. Eso se vio reflejado en los resultados porque a la hora de volver nos dimos cuenta de que podíamos hacer muchas más cosas. También ayudo a extrañar un poco menos", contó Zoe que desde hace casi dos meses volvió a las prácticas cumpliendo los protocolos y fuera de las pistas. "Lo del aire libre está bueno también porque es algo diferente que tampoco hubiésemos hecho sin la cuarentena", distinguió.
Esa misma positividad es la que la ayudó a sostener la energía durante el encierro y a encontrar la vuelta para sostener lo técnico y físico que hace a la disciplina. "Zoe no para. Yo me quedé asombrada de la constancia que tenía: todos los días hacia la rutina de Mauro sin que nadie le diga nada. Hay momentos que son difíciles porque te cansas de estar siempre adentro de casa pero lo pudo sobrellevar muy bien y también estaba contenta por eso", contó Karina, la mamá y, desde ya, la encargada de acompañar a Zoe en el camino del deporte. "En lo que pude ver, estuvo bastante motivada. Obviamente tuvo sus días de bajón como todas porque extrañaba mucho volver al club y ver a sus amigas. Además de entrenar, comparten muchas cosas viajes pero no note que le haya afectado. Se supo organizar con el Zoom del colegio, más el del Club y el del Parque de Lomas", detalló.
La espera fue larga pero, en el reencuentro -al aire libre y con todos los protocolos- Zoe y sus compañeras encontraron tanto alivio como en volver a disfrutar de su pasión por el patín. "Más allá de entrenar y de sacarnos las ganas de hacerlo, verme con mis amigas fue igual de placentero que patinar porque nos veíamos por Zoom en distintas situaciones pero no es lo mismo. Fue como sacarme las ganas por más que era con barbijo, a cierta distancia, ese volver a sentir lo que sentíamos antes cuando entrenábamos fue muy lindo", concluyó.