ESTE VIERNES A dos años del crimen, familiares, amigos y vecinos de la mujer asesinada en 2018 en Parque Barón se concentrarán en la esquina de Juan XXIII y Año del Libertador.
A dos años del femicidio de Viviana Giménez, familiares y amigos de la mujer asesinada de un escopetazo en Parque Barón en 2018 marcharán el próximo viernes para exigir que la causa no quede en el olvido y reclamar que Osvaldo Valenzuela, el autor del crimen, no reciba la prisión domiciliaria hasta que se realice el juicio oral en su contra.
La movilización se iba a realizar ayer en la esquina de las calles Juan XIII y Año del Libertador, pero por la lluvia y las malas condiciones climáticas la jornada se postergó. Viviana hubiese cumplido 44 años hace casi una semana. Por eso su recuerdo se tornó mucho más visible y vívido en las redes sociales durante los últimos días.
Su hermana Diana Paz la recordó en Facebook con una foto de su último cumpleaños, en la que se la ve feliz, rodeada de algunas amigas. "Acá estamos hace dos años festejando tus 42 años, riendo y compartiendo", comienza el emotivo posteo en el que pide justicia por Viviana.
"Una basura te arrebató de nuestras vidas dejando un vacío inexplicable, un dolor a todo momento. Hoy en día, me siento esa criatura de 5, 6 años que cuando mamá me pegaba lloraba a los gritos llamándote. Hoy también grito 'Viviana, vení". Me hacés falta, te extraño, necesito una de esas charlas sin sentido con vos", escribió la mujer.
La intención de la marcha, según dicen sus allegados, es que "Viviana esté siempre presente" para que los jueces "no cometan el error de darle la domiciliaria" a su atacante. Diana tiene miedo. Es que la mujer vive frente de la casa de Valenzuela y todavía tiene grabada una amenaza en su cabeza: "Él dijo que cuando saliera nos iba a matar".
Por su avanzada edad, el Policía retirado de la Federal ya pidió "varias veces" que le permitieran cumplir el arresto en su casa. La primera vez se la negó la jueza de Garantías N° 5 de Lomas de Zamora, Marisa Salvo, y la segunda, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 9.
Diana explicó al programa de radio Política del Sur que los hijos de Valenzuela "pagaron hasta peritos psicológicos para sacarlo", y trataron de aludir a sus problemas de diabetes y de hipertensión, por eso su temor es que en algún momento consiga la libertad si el juicio oral se sigue dilatando en el tiempo.
La causa por el crimen de Viviana Giménez ya fue elevada desde hace tiempo y se esperaba que el debate oral se hiciera este año. Pero la pandemia frenó todo. Hasta el momento no hay una fecha prevista para el inicio de las audiencias y Diana espera que Valenzuela se siente en el banquillo recién en 2021.
"Nosotros tenemos la esperanza de que le den perpetua y que no salga nunca más", dice su hermana. Las pruebas en contra de Valenzuela son contundentes. A pesar de que ningún testigo pudo dar cuenta del momento exacto del disparo, muchas personas dieron cuenta de las amenazas y del acoso que sufría Viviana.
Durante el allanamiento de la casa del hombre, la policía encontró armas de fuego y un cuaderno de anotaciones con un registro de todos los movimientos de la víctima, incluso los horarios de ingreso y salida de su casa.
A las 8.15 de la mañana del jueves 18 de octubre de 2018, Viviana Giménez volvía a su casa después de dejar a su hijo Lautaro en la escuela. Su vecino Osvaldo Valenzuela, un policía retirado de 76 años, cruzó la calle, levantó una escopeta calibre 16 y le disparó en el rostro. La vecina murió en el acto.
Viviana tenía 42 años, estudiaba el profesorado de educación primaria en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N°103 de Villa Urbana en Fiorito y participaba del área de géneros del centro de estudiantes.
Hace tiempo que sufría acoso por parte de Valenzuela: él la llamaba, le enviaba mensajes, la perseguía y la atormentaba de manera constante. Sólo los familiares de Viviana sabían de esta situación.
"Ellos tuvieron una amistad y después él se obsesionó", confió afirmó Diana Paz, hermana de la víctima.
Con el tiempo salieron a la luz viejas denuncias de agresiones y acoso sexual por parte de Valenzuela que nunca prosperaron. El ex policía, se dice, "tenía un sillón junto a la ventana y detrás de una cortina blanca espiaba la casa de su vecina a todas horas".