Gajes del Oficio Mientras que todo indica que la cuarentena se seguirá extendiendo, el regreso a las aulas sería el año próximo.
Las tareas de los docentes en este contexto se siguen sumando y acumulando. Todo comenzó con armar clases adaptadas a mundo virtual, se fueron sumando videollamadas, responder mails, corregir tareas, mantener contacto fluido con alumnos y con directivos.
También se incorporan a la lista convertirse en una especie de psicólogos de alumnos y de sus grupos familiares, siempre en modo online y sin que note demasiado la distancia.
En esto de reinventarse, porque tampoco queda otra, también se sumó la labor de resolver problemas técnicos y ajenos. Algo impensado hasta esta cuarentena.
Docentes de todas las edades, materias y especialidades se metieron en esta cuestión y sin la fueron sacando adelante y con bastante decoro, por cierto.
No todas y todos los docentes tienen que tenerla tan clara en esto de la informática y las nuevas tecnologías, pero ahora es casi unánime como aprendieron a moverse como peces en el agua.
Por un lado están los problemas propios. Nadie está exento de que una computadora, por más moderna que sea, se cuelgue en el peor momento y no quiera ir para atrás ni para adelante.
Lo que antes era una tragedia, ahora es el pan de cada día y quien no se animaba a meter mano, ahora le perdió el miedo a lo tecnológico e improvisar en estos asuntos.
Pero también los docentes de transformaron en verdaderos "soportes informáticos" de sus propias alumnos, capaces de mandarles instructivos para resolver problemas de toda índole.
Esto incluye pasarle alguna forma de conectarse a Internet por alguna vía gratuita y emitida cuando el servicio que tiene en sus respectivas casas dejó de funcionar de buenas a primeras.
También para ayudarlos a bajarse programas, a instalarlos y usarlos correctamente; a reiniciar correctamente una compu y limpiarla de archivos que hace que todo funcione más y más lento.
Hasta algunos que no eran muy duchos en cuestiones tecnológicas, hoy son especialistas y acuden en auxilio de los integrantes de su aula virtual. Los docentes no paran de reconvertirse y de reinventarse, incluso en "soportes informáticos".