Preocupación generalizada Desde la AAT elaboraron el protocolo sanitario correspondiente y están expectantes de una respuesta positiva. Roberto Carruthers, vocal de la entidad y presidente de Temperley LTC se mostró preocupado por sus pares y entrenadores que no pueden ejercer la disciplina.
El fútbol volvió a entrenar y el mismo criterio corrió para los deportistas olímpicos que el próximo año participarán de la cita en Tokio, Japón. Muchos dirigentes, jugadores y entrenadores se preguntan cuándo volverán el resto de las disciplinas, si bien algunas ya han planificado un protocolo. Entre ellos está el tenis y en zona Sur se está trabajando de ardua manera para comenzar a planificar de a poco "el operativo retorno".
Los vocales de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) Marcelo Hernández y Roberto Carruthers, este último también presidente de Temperley Lawn Tennis Club, vienen desarrollando distintas alternativas para ser escuchados por la máximas autoridades.
La realidad es que desde la Asociación Argentina de Tenis se trabajó desde un primer momento, consultando con médicos y especialistas en enfermedades infecciosas, para lograr un protocolo de apertura de la actividad, para cuando ese momento llegara, el 25 de abril ya estaba presentado y aprobado en Secretaría de Deportes y el Ministerio de Salud.
Desde un primer momento se pensó que se iban a ir abriendo caminos para normalizar y tomar los recaudos indispensables para el retorno del deporte "blanco". "Desde aquél momento teníamos la certeza y tranquilidad para esperar el momento adecuado que se fue estirando, cada vez más, en muchos aspectos de manera inexplicable. En el mundo entero, la actividad está consensuada la apertura en Fase 3, incluyendo aquí, en Argentina, salvo, en la Provincia de Buenos Aires, donde se mandó la actividad a Fase 5. Decimos esto porque en la Fase 5 están actividades deportivas que se realizan en lugares cerrados, que no es el caso del tenis, o que se realizan en grupos numerosos y con contacto entre los participantes, y tampoco es el caso del tenis, de ahí el grave error cometido".
Carruthers no solo está preocupado por su club en especial y todo lo que rodea a la actividad, sino que también sufre por sus pares y entrenadores que no pueden desarrollar sus clases normales con sus alumnos. "A esta altura del parate, ya van cinco meses que los clubes no pueden cobrar las cuotas sociales y la estructura edilicia de cada institución hay que mantenerla, los sueldos y cargas hay que solventarlos y si bien el estado colabora, esta situación ya es desesperante, porque hay muchos profesores de tenis, entrenadores, y preparadores físicos que están sin poder cobrar un centavo".
Las canchas de tenis específicamente hay que trabajarlas todos los días, para que no se deterioren y estos gastos no se pueden solventar. "Necesitamos hacerlo, y es necesario que la gente pueda volver a trabajar, tal como reza el protocolo, sin usar el transporte público, con gente y personal de cercanía, en una cancha de 20x40 metros en total con dos personas practicando y un profesor a una distancia de 13 metros de cercanía".
Por otro lado, también hay gente externa al club que vive de la actividad, vende o fabrica pelotas, cuerdas, realiza encordados de raquetas. "Nosotros como dirigentes debemos dar respuestas a nuestros asociados, y nos vemos en la obligación de ponernos de pie para que nos escuchen y encontremos una solución a esta situación, contemplando los intereses de los clubes, sus asociados y con el debido cuidado y protocolo necesario".
En el protocolo que redactó la AAT se disponía la prohibición de confraternizar luego de un partido. Cada jugador arriba al court con barbijo y/o tapa boca, provisto de su propia bebida, ya que los bares permanecerán cerrados. Solamente se puede jugar en formato de single. Y si alguien violara el protocolo, además de las sanciones establecidas por ley, la AAT intervendría a a través del Tribunal de Disciplina para evaluar una sanci