HOY, 6 DE AGOSTO, CELEBRAN SU DÍA Diferentes profesionales de la zona hablaron de su trabajo en plena pandemia, los cambios de hábitos y cómo repercuten en las mascotas. La evolución del rubro, que se asemeja con la de ?llevar a un hijo al pediatra?.
Son esenciales porque dedican su vida para salvar otras: la de los animales. Los veterinarios celebran hoy su día, realmente atípico, envueltos en una pandemia. Pero ellos no dejan de trabajar y de valorizar su profesión, con el objetivo de brindar amor, protección y también contención a los dueños de las mascotas, que acuden a ellos “como quien acude a un pediatra para llevar a su hijo”.
Alejandro Zaccagnino es veterinario desde 1998 y trabajó en distintas partes de zona Sur.
Actualmente atiende en Integral Colombres, ubicada en Molina Arrotea 619. “En esta
pandemia nunca cerré y recibí casos crónicos o de urgencia. Ahí es donde te das cuenta que somos esenciales y que hay pacientes que realmente te necesitan”, explicó sobre su
actualidad al momento de ejercer su profesión, su estilo de vida.
El cambio de hábitos por parte de las personas, producto de la cuarentena y el aislamiento,
también se ven reflejados en los animales que viven en cada hogar: ellos sienten esos
cambios, como la estadía permanente de sus dueños o de los demás integrantes de la
familia.
Así lo contó la lomense Claudia Caluori, veterinaria hace casi dos décadas: “Se nota un mayor apego mutuo y más atención en los requerimientos necesarios del animal, lo cual es positivo”. “Hay perros o gatos que están acostumbrados a estar solos y esta actualidad puede traer cambia su conducta”, acotó Alejandro.
El rol de los veterinarios en el país se amplió significativamente en los últimos años, ayudado por la conciencia de la sociedad en cuanto al cuidado y la protección de los animales, sobre todo de aquellos que no tienen un lugar digno donde vivir o son maltratados. “El perro y el gato son uno más de la familia, es como llevar a un hijo al pediatra. Los veterinarios estamos más incluidos en el núcleo familiar”, aseguró Zaccagnino.
“Intentamos informar más y mejor acerca de los cuidados sanitarios, requerimientos
nutricionales, de ejercicio y juegos óptimos. Siempre hay excepciones, con casos de
abandono, descuido o maltrato, pero la realidad es que creció mucho la preocupación
general comparando a cuando yo recién me recibí”, dijo la veterinaria Paola Pisano.
El paso de los años generó una evolución y le otorgó una importancia aún mayor a la
profesión, que no solo se encarga de los cuidados de los animales, sino también de actuar
como una especie de “psicólogos” con los dueños de las mascotas, también angustiados,
brindándoles contención.
Al ser consultada sobre las satisfacciones que le dio la profesión, Claudia contó: “Ser veterinario me dio los mayores placeres de la vida. Hay mucho amor en este trabajo que se elige, en el que hay que saber que alguien depende de vos, que no habla pero que expresa al igual que los humanos”.
“Deseo que la profesión se vea valorizada y prestigiada, que los veterinarios nos interioricemos en diversos temas. Tenemos que superarnos día a día y sumar permanentemente contenidos nuevos”, concluyó Alejandro, deseándoles un feliz día a todos sus colegas.
LA HISTORIA DE LOS VETERINARIOS DE ZONA SUR. El Día del Veterinario Argentino se celebra hoy ya que en 1883 comenzaban los primeros cursos en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina (Lomas), escuela pionera de estudios superiores. Un siglo más tarde se estableció como ley y se eligió como fecha oficial.
Hoy en día existen en el país 24.000 profesionales que ejercen sus actividades en los distintos hospitales, centros de salud y veterinarias, según los datos de la Federación Veterinaria Argentina, y velan por las necesidades de los animales, siendo esenciales en su v
