lomas El presidente de la Asociación Argentina de Electrodependientes difundió una situación que está padeciendo en medio de la pandemia. "Desde que perdimos a mi hijo Joaquín en marzo, no podemos ir al cementerio", escribió en sus redes y solicitó la apertura de un lugar donde "no habrá aglomeración de personas".
"Que abran los cementerios", pidió Mauro Stefanizzi a través de un posteo en su cuenta de Facebook, el presidente de la Asociación Argentina de Electrodependientes(Aaded) y papá de Joaquín, el menor de seis años que falleció el 15 de marzo y desde ese día la familia no pudo visitar el lugar donde descansa, producto de la pandemia que paralizó al mundo.
"En lo personal, siempre respeté el dolor de quiénes perdían un ser querido, pero nunca compartí ni comprendí esa necesidad de ir a un cementerio hasta hoy", escribió Mauro, quien además aseguró que siempre mantuvo la postura de que allí, bajo tierra, solo se encontraban los restos, y que la persona estaba en la memoria y en el corazón de cada uno.
Algo que parece tan simple como ir a un cementerio a dejar unas flores al ser querido se vuelve imposible en este contexto de aislamiento social. Por eso, Mauro decidió visibilizar esta situación que no sólo padece su familia, también tantas otras personas que tienen la necesidad de acercarse para visitar a alguien que ya no está físicamente.
"Joaquín no está allí, en un cementerio. Está en cada rincón de la casa que nos hace recordarlo. En cada aroma que nos transporta a momentos menos dolorosos. Está en sus juguetes, y en las fotos que nos hacen revivir momentos inolvidables. En el vacío, en su ausencia. En el colibrí que nos visita por las tardes, inventándonos un mundo de fantasía que nos permite seguir adelante", reflexionó Mauro sobre Joaco, el nene electrodependiente de Lomas que inspiró a sus padres para impulsar la ley que protege a las personas que requieren de una aparatología para vivir.
"Cuando el dolor es tan grande, tan profundo, uno siente la necesidad de ir a algún lado. A verlo, a llorarlo, a hablar con él. Aunque suene a locura. Y en ese sentido, yo, que nunca entendí el motivo de ir a un cementerio, siento la necesidad de ir, junto a Maira. Y quizás puedan no estar de acuerdo, o no comprenderlo. Lo que no pueden, es no respetarl", afirmó.
Que las autoridades reflexionen respecto a esta apertura es lo que espera Mauro. "Fuimos dos veces y no nos dejaron ingresar", confesó y pidió que lo tengan en cuenta: "Necesito que se difunda para ver si a alguien se le prende la lamparita y comienza la flexibilización".
"Jamás creí que iba a estar escribiendo sobre este tema, y lo hago con un nudo en el estómago. Porque me implica conectarme con mis sentimientos mas profundos, esos que tengo ahí, en el sótano, y que no me quiero encontrar", reflexionó.
El papá de Joaco se refirió sobre la importancia de mantener los cuidados y respetar el protocolo, pero se preguntó: "¿Amontonamiento? ¿En los cementerios? ¿Quién podría pedir que lo abran? ¿Quién querrá ponerse en el lugar de un papá, o de una mamá, que perdió un hijo? Y no lo digo por falta de sensibilidad, lo digo porque nadie quisiera verse reflejado en esta situación. Ni pensar, por un minuto, en que podría estarlo. Y así jamás nos entenderían", concluyó a la espera de una respuesta para que lo habiliten a dejar unas flores a su hijo.
Mirá la publicación completa:
[embed]https://www.facebook.com/mauro.ezequiell/posts/10221677182854072[/em