Historias de cuarentena A través de la profesora de danzas y las maestras, simularon un programa de radio en el que cada alumno participó mostrando sus habilidades para el baile y otras tradiciones del país.
El Colegio San Juan de Lomas celebró un 9 de julio diferente. A la distancia por el Coronavirus, cada alumno en su casa se filmó y formó parte de un simulacro de programa de radio en el que se presentaban distintas tradiciones del país.
El evento estuvo preparado por la profesora de danzas, Alejandra Díaz, acompañado por los docentes de cada grado y el objetivo era que cada alumno pudiera mostrar sus habilidades tanto para el baile como para otras actividades propias de los argentinos. La conducción estuvo a cargo de dos marionetas (que eran Alejandra y su marido) y cada alumno fue mostrando lo que había preparado: un grupo de nenes junto a padres y abuelos tocó el himno con distintos instrumentos, otros chicos leyeron textos alegóricos a la Independencia, un grupo se vistió de gauchos con el mate y el poncho, otros bailaron canciones típicas y hubo juegos. Así fueron pasando uno a uno en una transmisión que duró casi una hora.
“Tratamos de armar actividades divertidas para los chicos y las pensamos también en función de las familias, para que los acompañen en este contexto tan particular. Por eso en el video se ve que participan abuelos, papás”, contó Díaz.
Por su parte, la directora, Claudia Saad, señaló: “Si nuestros nenes bailan, se divierten y hacen todo lo que hacen es porque la profe y las maestras dejan todo en cada instante, sin importar la situación especial que vivimos por estos días. Alejandra transmite amor y eso se ve reflejado en cada acto patrio”.
TRADICIÓN Y ESFUERZO. Además de ser profe en el Colegio San Juan, Alejandra Díaz es conocida en Ingeniero Budge por la Escuela de Danzas que abrió en su barrio hace 30 años. Allí recibe a más de 120 chicos de todas las edades y les enseña a bailar folcklore, tango y otros géneros musicales. De paso, reciben una merienda o un plato de comida cada vez que se puede.
“La música y el baile me han servido para darles contención a muchos chicos que viven realidades durísimas de padres ausentes o muchas limitaciones. Trato de inculcarles valores para la vida como aspecto principal y después se van dando muchas historias de superación. A veces solo falta que alguien los escuche y les dé un lugar para desarrollarse”, detalló.
Hija de santiagueños arraigados a sus tradiciones, conoce de fiestas que duraban más de un día en las que se cantaba y se bailaba siguiendo ritmos autóctonos del país. “En mi casa el folclore siempre estuvo presente y, por el esfuerzo que se hacía a diario para salir a ganarse el pan, se disfrutaba las fiestas debidamente. Yo trato de trasladarles a los chicos el valor del esfuerzo, la importancia del sacrificio y de no esperar que te regalen o te venga de arriba. Eso los motiva, les da energía para salir a buscar lo suyo”, explicó.
Premiada por el Municipio con el “Orgullo de Ser de Lomas”, Alejandra se impuso frente a un accidente que la dejó postrada 3 años de su vida y hoy es ejemplo en su propio barrio. “De este humilde espacio que arme en mi propia casa salieron muchos chicos que hoy son personas de bien, que formaron familias, que encontraron un rumbo, algo que los motive a salir de la situación en la que estaban. Cuesta, es difícil pero cada vida vale y el esfuerzo que se hace a diario para acompañar a cada uno tiene su premio cuando los ves un tiempo después. A mí me genera un orgullo y un placer muy grande ver como chicos que andaban en la droga o la delincuencia logran encontrar un camino más sano para su vida”, conclu