#QuedateEnCasa
Desde el Espacio de Debate & Cultura La Casa de Claypole tenían grandes planes para este 2020 con una nutrida agenda de actividades y con una serie de reformas edilicias listas, pero el Coronavirus les hizo cambiar el rumbo y reconvertir los proyectos en marcha.
“En líneas generales lo que queremos es no bajar los brazos, no dejar morir el espacio. Lo virtual es sumamente raro para nuestra actividad, pero el otro está ahí, en una pantalla, es el encuentro posible”, le explica a La Unión Marcelo Montero, el encargado de las propuestas culturales de La Casa.
Ubicado en Collet 1021, está por llegar a sus nueve años de vida y tienen en claro cómo proceder en estos días: “Lo que nos interesa es mantener la comunidad barrial, a lo que apuntamos es al encuentro con el otro”.
“El hecho artístico no es el foco de nuestro laburo, pasa a un plano secundario, pero es un disparador para otras problemáticas, como los temas de género, de derechos humanos, de diversidad cultural”, agrega Marcelo.
Desde La Casa siguen apuntando a “ser una referencia para reconstruir el tejido comunitario” y en este plan modificaron su estudio de radio, siguen apostando a una biblioteca popular y coordinan acciones solidarias con el Club Claypole.
Además, los viernes a las 16 es el turno de “La Casa en tu casa”, un ciclo online de debate sobre cine y teatro, con la presencia virtual de directores, actores y otros gestores de las obras. Este viernes será el turno se posar la lupa en el documental “La visita”, de Jorge Colás.
Mientras que los domingos a las 18, como parte de “La Casa en tu casa”, se realizan Encuentros Literarios. El próximo tendrá como eje los relatos policiales y estará coordinado por Alicia Peralta y Claudia Cruz.
Se dicta yoga, tango y danzas folklóricas. También se suman las clases de teatro, para niños adolescentes y adultos, a cargo de Gimena Campos.
“La gente se enganchó con los cursos online, es mucha gente que ya estaba haciendo los talleres. Trabajamos a través de Zoom y trato de hacerlo como lo hacía en la sala. Los alumnos adaptaron lugares de la casa para hacer la clase, para que sea activa”, explica.
En las clases se trabajan textos, técnica vocal e improvisación sin que se “note la fisura” de no trabajar con el otro con su cuerpo presente.
Con los más chicos hay otra dinámica de trabajo, que involucra a toda la familia. “Con los chicos el taller es algo más recreativo, más de juego. Usamos elementos imaginarios, se caracterizan con lo que tiene en casa y es más creativo, participando más toda la familia. Extrañan su escenario, pero para ellos es más habitual la pantalla, como los Youtubers”, cierra Gimena.
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