emergencia sanitaria El organismo estima que a fines de 2020 habrá 756 mil nuevos pobres entre niños y adolescentes. La cifra surge de las proyecciones basadas en las estimaciones de la caída del PBI y de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.
Al final de 2020 unos 756.360 niños, niñas y adolescentes (NNYA) más habrán caído en situación de pobreza en relación al último semestre del año anterior por la crisis del Coronavirus, según las proyecciones que forman parte de informe presentado por Unicef, basado en las estimaciones de la caída del PBI y de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.
En el segundo semestre de 2019, la pobreza afectaba al 53% de los NNYA y podría escalar al 58,6% hacia fines del 2020; mientras que la pobreza extrema treparía del 14.1% al 16,3% en el mismo período.
En ese sentido, la representante de Unicef en Argentina, Luisa Brumana, y la adjunta, Olga Isaza, llamaron a fortalecer las políticas de protección social a poco de cumplirse 80 días de conocerse el primer caso de Covid-19 en el país y a dos meses de implementarse el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Por otro lado, el análisis muestra fuertes desigualdades, dado que la incidencia de la pobreza aumenta significativamente cuando las niñas, niños y adolescentes residen en hogares donde la persona adulta de referencia está desocupada (94,4%), con un trabajo informal (83,9%), con bajo clima educativo (92,9%), migrantes internacionales (70,8%) o con jefatura femenina (67,5%).
Además, si la vivienda está localizada en una villa o en barrios populares, la incidencia de la pobreza en 2020 alcanzará a nueve de cada 10 niñas y niños, de acuerdo al informe.
“Los datos nos muestran que el Covid-19 impacta con más fuerza en las poblaciones vulnerables, amplía las brechas de inequidad que ya había en el país y aumenta los niveles de pobreza entre las niñas, los niños y adolescentes, las víctimas ocultas de la pandemia”, señaló Brumana.
Ante este panorama, Unicef planteó tres recomendaciones: aumentar el poder adquisitivo de la Asignación Universal por Hijo (AUH); ampliar la base de los programas de protección social flexibilizando las condicionalidades; e implementar políticas específicas que complementen estos programas y tengan en cuenta la situación de los NNYA que residen en hogares con una prevalencia de pobreza ma