hombre de toda la cancha El integrante del plantel de futsal del Taladro trabaja en la recolección de residuos y todos los días le pone el pecho al Coronavirus. "El miedo está siempre, pero tomo los recaudos necesarios", remarcó
Una vez suspendida la actividad deportiva en todo el país, la vida de Ezequiel Martínez, hoy jugador de futsal de Banfield, no cambió demasiado. Su trabajo, el de recolector de residuos, se lo impidió. Desde el minuto cero de esta cuarentena, y con algo de “miedo” por lo que genera esta enfermedad, tuvo que salir a la calle y cumplir con su obligación para que todos pasen este aislamiento social y obligatorio de la mejor manera posible.
Martínez, que este año se incorporó a las filas del Taladro y hace años trabaja en la recolección de residuos, arranca bien temprano su jornada, de madrugada, y antes de que amanezca se sube al camión para cumplir con su deber junto a sus otros tres compañeros, que son los únicos con los que tiene contacto.
“A mí me encantaría quedarme en mi casa y cuidar a mis viejos, a mis abuelos, pero hoy me toca salir y hay que hacerlo. El miedo siempre está, todo esto genera eso, pero tomo los recaudos necesarios para que no pase nada. Cuando llego, me sacó toda la ropa, la pongo para lavar y entro a bañarme directamente. Pero bueno, no es como quedarme en casa”, remarcó el hombre del Taladro en una charla con La Unión.
En medio de todo esto, y con las sensaciones de salir a la calle y exponer el cuerpo, el cariño que reciben a diario de los vecinos es lo que reconforta en este momento. “Nosotros, al igual que los médicos, estamos expuestos. Y si bien ellos tienen un rol más protagónico y necesario, nosotros aportamos también nuestro granito de arena. Y que los vecinos, que a veces nos regalan una coca y siempre nos piden que nos cuidemos, nos brinden ese cariño es algo muy lindo porque nos estamos arriesgando al salir a trabajar”, destacó.
Además, por su trabajo, el hecho de salir a la calle desde el primer día le permitió ver un paisaje impensado meses atrás: la ciudad vacía. Y eso, para él, fue algo “muy loco” ya que en las primeras dos semanas de la cuarentena “no veía a nadie” en las calles. “Parecía una película de ciencia ficción”, remarcó.
Pero no es lo único que sorprendió. También marcó otro hecho clave, que ayuda a ver el cumplimiento del aislamiento social y obligatorio. “Ahora se genera mucha más basura y eso significa que la cuarentena se está cumpliendo. Por ejemplo, el lunes, después del franco, la cantidad de la basura es cuádruple. No nos alcanza con un camión, esos días llenamos dos hasta el tope”, comentó.
BANFIELD, Y EL FÚTBOL. Además de su trabajo, Martínez no desatiende su verdadera pasión: el fútbol. Y por eso, para pasar el tiempo y no perder el estado físico, entrena en doble turno, una vez a la mañana y otra a la tarde, más allá de que no lo ayuda a contener las ganas de volver a la cancha. “Lo que más se extraña es la pelota, el roce, la competencia. Si bien tengo una casa y la uso, no es lo mismo”, señaló. ¿Y cómo lo controla? “Hoy me paso todo el día mirando fútbol”, resaltó.
Hace más de un mes que se frenaron los entrenamientos (los cuales ahora realizan por la aplicación Zoom) y todavía no es claro cuando se reiniciará la competencia. A pesar de eso, Ezequiel tiene en claro cómo le irá a Banfield. “El club se preparó para dar el salto de calidad y creo que estamos preparado para eso. Nuestro primer objetivo es integrarnos como grupo, algo que estábamos haciendo muy bien, y nos enfocaremos en entrar a los playoff. Estoy seguro que vamos andar muy bien”, concluyó este jugador del Taladro, pero también de toda la sociedad frente a la lucha contra el Coronavi