una postal de la cuarentena
Diego Luna trabaja desde hace cuatro años en el supermercado chino de Pirovano y Matheu, Lomas Este, y hasta ahora se dedicaba a la reposición de productos. Pero a raíz de la pandemia y del aislamiento obligatorio sale a las calles y es el protagonista de una postal que se repite en los barrios. Con su bicicleta, lleva los pedidos que los clientes, sobre todo adultos mayores, le hacen por teléfono y WhastApp.
Diego asegura que los vecinos le pasan la lista, él y su compañeros arman el pedido y luego se lo llevan. Del otro lado, el vecino se muestra muy agradecido. Por lo general es gente mayor que no tienen cerca de alguien que le pueda hacer las compras y prefieren quedarse en casa para cuidarse.
Con respecto a cómo se manejan con las medidas de prevención, el empleado marcó: “A la mañana la gente ya está esperando para entrar, pero el horario que viene más gente es tarde noche de 17 a 20. Pueden entrar hasta 10 personas y el resto tiene que esperar afuera”.