Basquetbol
Scola cumplirá 40 años el próximo 30 de abril y los Juegos Olímpicos organizados por la capital japonesa tendrán lugar, en principio, el año próximo.
El porteño debía jugar este jueves con su equipo de Milán, una de las zonas más afectadas de Italia por la pandemia de coronavirus, en la ciudad española de Vitoria ante el local Baskonia, club en el que actuó por siete temporadas, entre 2000 y 2007, por lo que ese compromiso era muy especial para él y motivó que la prensa de la región le realizara una entrevista, aunque ese cotejo obviamente fue suspendido.
"Estoy bien, así como estamos todos en esta parte del mundo, y próximamente en todas partes del mundo. Cuando empezó toda esta historia de jugar a puertas cerradas, alguien me comentó el tema del partido contra el Baskonia, que era el 26 de marzo, pero no por no poder jugarse sino por el tema de que no iba a haber gente, y yo le dije que faltaba un montón para eso, y al final ni siquiera se terminó jugando", dijo Scola en la entrevista.
Muy compungido, Scola sostuvo que "es tan grande la situación en la que se está. Tan única, que de hecho me preguntaban por los Juegos Olímpicos y yo lo último en lo que estaba pensando era en eso. Me decían que ahora falta un año más, y qué iba a hacer, el gran dilema. Y yo ni me había puesto a pensar".
"Es que con Olimpia estábamos volviendo de Roma hace tres semanas y el tren en el que estábamos frenó, dijeron que entraba en cuarentena, y de ahí empezaron a surgir un sinfín de cosas que, por separadas, eran difíciles de analizar, Y si las ponías todas juntas, en la misma semana, era ridículo", admitió.
"Primero se suspendió un partido de la Lega italiana, uno de Euroliga, después la Lega, la Euroliga, los Juegos Olímpicos. Pasaron tantas cosas y van a seguir pasando, que todo pasó a un segundo plano. No sé si este partido con Baskonia se va a jugar algún día, y no sé si yo voy a estar para jugarlo. Por eso menos sé si voy a estar en los Juegos Olímpicos. Es que todo pasó a un segundo plano", enfatizó.
Scola sostuvo que "cuando pasó esto, todos los deportistas del mundo empezaron a hacer malabares para seguir entrenando. Cuando se suspendió, no sabíamos cuánto iba a durar y entonces teníamos que estar preparados. Yo por suerte tengo un gimnasio acá en mi casa en Milán y también en Argentina. Ojalá estuviera allá, porque también tengo una cancha de básquetbol", se lamentó "Luifa".