¡Socorro, los chicos de vacaciones!
¡Todo concluye al fin, nada puede escapaaaaaaaar, todo tiene un finaaaaaaaaal, todo terminaaaaaaaaaaaa!, ¡la la la la!
¡No me volví loca, querida!, llegó el fin de las vacaciones, por fin, la que ríe última ríe mejor. Se terminó la joda de estos dos, comienzan las clases y a otras cosa mariposa.
No querida, no estoy en curda, igual no me vendría nada mal tomarme un champancito para festejar, es para brindar largo y tendido, después dormir la mona y chau pinela.
Mejor me tranquilizo, andá a saber lo que vas a decir de mí por ahí, vos sos bastante lleva y trae, no te hagas la otaria.
Dale reíte, sabés lo que es tener hijos adolescentes, con planteítos, caprichos, peleas y todo lo que puedas imaginar, igual no los cambio por nada. Me hacés poner sentimental, ¡qué cosa!
El tema es que serán muy lindas las vacas, como dicen ellos, compartir tiempo en familia, pero todo tienen un límite y gracias al cielo hay algo que se llama escuela, hay algo que se llama Educación Física a la tarde y otras actividades a contraturno.
Juntos, pero no amontonados. Además, ahí ya se ven con sus amigos y la única responsabilidad que tienen es estudiar, nada más le pedimos.
Como pasa en esta casa, en la que vivimos en asamblea permanente, comenzaron las conversaciones pre inicio de clases. Es una figurita repetida de este hogar, es como el Día de la Marmota.
A la nena no hay que decirle casi nada. Le gusta más estudiar que el dulce de leche, para ella un 9,50 en una tragedia, es 10 o nada. Aunque parezca mentira, le tuvimos que decir que relaje un poco, que estamos orgullosos de ellas, que es brillante en la escuela, pero que no se angustié por un 10 menos.
Nos dijo que no le importa sacarse 10, sólo le importa aprender, pero no le creímos nada. Igual, entendimos que es su personalidad.
Con el otro el tema fue más serio: le dejamos en claro que de una vez por todas tiene que ponerse las pilas y no llevarse todas las materias, que se organice, que estudie y que es mejor esforzarse un poco durante el año y después tener las vacaciones para descansar y no para estar preparando materias con el corazón en la boca.
Nos juró por la Virgen de la Macarena que iba a ser un poco más aplicado, que este año iba a tener materias que le interesaban un poco más y bla, bla, bla…
Le dimos crédito hasta el primer boletín, después a barajar y dar de nuevo, ése el límite. Si arranca mal, termina mal, no hay otra.
Pero lo importante es que empiezan las clases, no paro de agradecerle a Domingo Faustino Sarmiento, dichoso padre del a