El Hospital Fiorito de Avellaneda, en crisis y "a la deriva"

LOS NUEVOS DIRECTIVOS DE LA INSTITUCIÓN AÚN NO FUERON DESIGNADOS Los médicos denuncian falta personal, aparatología, insumos y drogas elementales. Exigen una respuesta inmediata de las autoridades del Ministerio de Salud de la provincia.

El Hospital Fiorito de Avellaneda desde hace tiempo atraviesa una grave crisis. A la falta de personal, aparatología e insumo, ahora se suma la escasez de drogas elementales y artículos de quirófano, según denunciaron los médicos de la institución enrolados en la Asociación de Profesionales de la Salud de la provincia de Buenos Aires (Cicop).

La situación durante los últimos años viene siendo expuesta por los trabajadores que en  días atrás volvieron a exigir una “solución y medidas urgentes” de parte de las autoridades del Ministerio de Salud y de la dirección del Hospital. Pero según precisaron las nuevas autoridades del establecimiento “aún no fueron designadas”.

“El Hospital está a la deriva y sin respuestas”, aseguraron. “Padece una grave crisis de insumos que agudiza la situación crónica en nuestra provincia y pone en peligro tanto la salud de la comunidad bonaerense, como la del equipo de salud”, resaltaron

Según denuncian, a los problemas “históricos” del Hospital, durante la gestión de María Eugenia Vidal se sumaron los faltantes de drogas elementales, “como el diazepam para las convulsiones o la hidrocortisona para los cuadros respiratorios agudos”.

A la reducción de ese stock de remedios se agrega también “un fuerte ajuste” en la cantidad de antibióticos y analgésicos disponibles para los pacientes,  así como gasas, pervinox y drogas anestésicas que son claves para las operaciones.

“Esto pone en jaque la continuidad de la atención en el nosocomio”, alertaron.

De acuerdo al diagnóstico que hacen los médicos las causas que originan este escenario vienen desde hace “mucho tiempo”. “Podemos postular sin temor a equivocarnos que, salvo por aislados momentos de la historia reciente, la misma se encuentra en un deterioro progresivo, desde  la descentralización política de la salud por decreto, durante la dictadura de Aramburu en 1955, a los niveles actuales”, explicaron.

Para los profesionales la gestión de María Eugenia Vidal en Salud “no hizo otra cosa que profundizar la pendiente negativa”. “Al destrato sistemático a los trabajadorxs (dilatando llamados a paritarias), se sumaron presupuestos a la baja (con el presupuesto para salud más bajo en la historia de la provincia en 2019) y un desinterés en el aprovisionamiento de insumos hospitalarios”.

En medio de este escenario, los dirigentes de la Cicop y los jefes de servicio del Hospital Fiorito a principios de enero le enviaron una nota a la Dirección Provincial de Hospitales (DPH) para que gestione localmente la crisis en curso. Pero al no haber autoridades designadas para la dirección del Hospital, el diálogo se cortó provisoriamente.

“Exigimos el nombramiento efectivo de la Dirección Hospitalaria que tenga la voluntad y la capacidad política de resolver los problemas aquí  expuestos, que al día de la fecha aún no se han resuelto. La dilación en tomar estas medidas exigidas, profundiza y vulnera los derechos de la comunidad y la de lxs trabajadorxs en forma inaceptable”, comentaron.

“Aquellxs que asumieron funciones de gestión deben ser conscientes de que la salud no puede esperar y que no es lo mismo una conducta prudente que la indiferencia”, cerra

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